Las vitaminas tienen un rol fundamental para el mantenimiento de una buena salud y, entre ellas, la vitamina C es una de las más conocidas e importantes. Este nutriente favorece la producción de colágeno, la absorción de hierro y la utilización del calcio, además de contar con una función antioxidante. Sin embargo, la falta de vitamina C podría ocasionar problemas de salud y sensación de malestar.
¿Qué es la vitamina C?
Es una vitamina hidrosoluble que es utilizada por el cuerpo con el propósito de hacer crecer y reparar los tejidos celulares. La encontramos en frutas, verduras y hortalizas, entre los que podemos destacar los cítricos, kiwi, mango, papaya, piña, fresa, sandía o melón, así como brócoli, coliflor, pimiento, espinaca, patata blanca y tomate.
También debe tenerse en cuenta que se trata de un nutriente que se disuelve en el agua de cocción y se deteriora por la acción de la luz y de las altas temperaturas, por lo que se recomienda integrar a la dieta diaria mediante el consumo de alimentos frescos.
¿Qué consecuencias tiene la falta de vitamina C?
La carencia de este vitamina en el organismo puede conllevar a una serie de complicaciones capaces de afectar el estado físico y mental de las personas.
1. Sistema inmunológico débil
La vitamina C contribuye con el adecuado funcionamiento del sistema inmunitario. Por eso, un consumo insuficiente de este nutriente se asocia con un mayor riesgo de desarrollar más infecciones.
2. Heridas que sanan con dificultad
La disminución de esta vitamina dificulta la correcta oxigenación y reparación celular, evitando que las heridas tarden más en cicatrizar y aparezcan una mayor cantidad de moratones.
3. Dolor articular
La falta de este nutriente afecta la absorción de algunos minerales, ocasionando un debilitamiento muscular. Además, una mala síntesis del colágeno puede llegar a provocar fragilidad del cartílago que protege las articulaciones causando dolor en las mismas.
4. Piel seca
La vitamina C estimula la producción de colágeno y actúa como antioxidante, ayudando a prevenir y tratar daños producidos por los radicales libres que aceleran el envejecimiento. De modo que no consumir regularmente la cantidad necesaria de esta vitamina podría ocasionar un aspecto más seco y menos terso de la piel.
5. Agotamiento físico y mental
La sensación de cansancio constante se puede deber a la deficiencia de esta vitamina que se considera necesaria para un buen rendimiento físico y mental. De acuerdo con un estudio, el estrés oxidativo podría desencadenar depresión, ansiedad, fatiga crónica y estados de ánimo variables.
¿Cómo prevenir su déficit?
Para evitar una importante pérdida de este nutriente en el organismo se recomienda una dosis diaria:
- entre 15 mg y 60 mg en niños
- 65 mg y 75 mg en niñas y varones adolescentes, respectivamente
- 75 mg y 90 mg en mujeres y hombres adultos, respectivamente
Durante el embarazo o en situación de estrés o exceso de alcohol se podría necesitar una mayor cantidad de esta vitamina, lo que también aplicaría a personas fumadoras.