El cuidado del suelo pélvico es importante. Sin embargo, es muy habitual olvidarse de esta parte del cuerpo. Aunque su debilitamiento puede provocar la aparición de problemas, como la incontinencia urinaria.
El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que se encuentran en la parte inferior de la cavidad abdominal. Su función es sostener los órganos pélvicos en la posición adecuada. Estos órganos son: vejiga y uretra; útero y vagina; y recto.
La principal función del suelo pélvico es el control de la continencia urinaria y anal. Para hacer esto de forma adecuada es fundamental que esté fuerte y tonificado.
Hábitos posturales y salud del suelo pélvico
Las posturas que se adoptan a lo largo del día influyen mucho más de lo que se piensa en el organismo. Un mal hábito postural a la hora de sentarse, levantarse o coger peso puede influir muy negativamente en la salud de la espalda y el suelo pélvico.
Es fundamental que exista una alineación entre la espalda y la pelvis: se debe colocar la espalda recta y la pelvis en posición neutra, de manera que esta se encuentre alineada con la columna.
Esto es así porque la pelvis se encuentra en el centro del organism. Su posición se relaciona directamente con la postura que adoptará la parte superior e inferior de nuestro cuerpo. Si la pelvis se encuentra en anteversión (hacia delante) o retroversión (hacia atrás) se modificará la alineación de la columna con el resto del cuerpo: cabeza, hombros, brazos, piernas…
Por tanto, una posición neutra, alineada con la columna, ayudará a fortalecer la musculatura del suelo pélvico, pues desde esta posición realiza una mayor actividad.
Cuando se está tumbado el suelo pélvico se relaja, dado que no ha de soportar el peso del abdomen. No obstante, cuando uno se incorpora, aumenta su actividad, activándose para soportar el peso del abdomen.
En este sentido, el abdomen juega un papel clave. Una elevada prominencia de este o presión en su interior (al coger peso, o toser…) puede añadir un exceso de presión al suelo pélvico.
Corregir la postura
¿Cómo prevenir, entonces, las posturas incorrectas? Estas son algunas de las recomendaciones generales:
- Debe evitarse la inactividad: estar demasiado tiempo sentado o de pie puede sobrecargar la postura. Por tanto, si esto es así, hay que hacer unas pausas en las que andar unos pasos, estirarse, etc.
- No realizar movimientos bruscos, sobre todo al sentarse o al coger peso. La espalda ha de permanecer recta y, en caso de levantar una carga, deben flexionarse las rodillas para protegerla.
- Se deben evitar las posturas forzadas y poco naturales.
- Por último, hay que buscar la posición neutra de la pelvis, sobre todo al estar sentado. El peso ha de recaer sobre los isquiones, que son la parte más inferior de la pelvis y se encuentran debajo de los glúteos.
En definitiva, preservar la higiene postural favorecerá que el suelo pélvico mantenga una correcta actividad y, por tanto, esté sano. Esto es fundamental para evitar problemas futuros como el dolor de espalda, la incontinencia urinaria o prolapsos.