Alrededor de 150.000 españoles sufrirán este año algún episodio de cólico renal, un fuerte dolor que se debe a una obstrucción en la orina y afecta dos veces más a los hombres que a las mujeres, según datos de la Sociedad Española de Nefrología.
La litiasis, a menudo conocida como piedras en el riñón o cálculo renal, aparece cuando los minerales o las sales ácidas que forman parte de la orina se cristalizan en el riñón, causando una masa sólida que puede obstruir el riñón, los uréteres o la vejiga. Pero no todos estos depósitos son iguales. Existen diferentes tipos de cálculos renales que varían dependiendo de la sustancia que lo componen.
Cálculos de calcio | Son los cálculos renales más comunes y se desarrollan cuando el calcio en la orina se combina con otras sustancias como el oxalato. |
Cálculos de estruvita | Por lo general se forman a partir de una o varias infecciones del sistema urinario, pudiendo alcanzar un gran tamaño. |
Cálculos de ácido úrico | Pueden producirse cuando hay un exceso de ácido en la orina, por eso suelen aparecer, sobre todo, entre las personas que llevan una dieta basada en carne, mariscos y pescado. |
Cálculos de cistina | Están provocados por un trastorno genético llamado cistinuria que fomenta la formación de cálculos de un aminoácido conocido como cistina en el riñón, el uréter y la vejiga. |
De acuerdo con la Asociación Española de Urología, una de cada diez personas sufrirá de piedras en el riñón en algún momento de su vida. Los síntomas de esta afección son el dolor intenso en la parte baja de la espalda, un color rosa, rojo o marrón en la orina, el aumento de la frecuencia urinaria, fiebre, náuseas y vómitos.
Entre los factores de riesgo que aumentan las probabilidades de sufrir cálculos renales se encuentran los antecedentes familiares o personales, la deshidratación, un elevado consumo de bebidas azucaradas y con cafeína, dietas ricas en proteínas, sodio y azúcar, trastornos metabólicos y obesidad. Por eso, la alimentación supone un mecanismo eficaz para aliviar los síntomas de un cálculo renal y al mismo tiempo frenar su evolución.
¿Cuáles son los alimentos que no deben consumirse si tienes cálculos renales?
Para prevenir las piedras en el riñón se recomienda disminuir el consumo de algunos alimentos que pueden propiciar la formación de depósitos de minerales y sales. Veamos cuáles son:
La sal
Lo ideal es no superar nunca los dos gramos de sal en nuestra dieta diaria. El sodio se encuentra en múltples alimentos como los condimentos, las carnes envasadas, las conservas en lata y los alimentos precocinados.
Las proteínas
En este caso se debe procurar no sobrepasar los 150 gramos al día de proteínas de origen animal que pueden favorecer la producción de ácido úrico. Algunos de estos alimentos son carne, pescados, huevos y lácteos.
El oxalato
Reducir el consumo de alimentos que contienen este tipo de sal también será de gran ayuda para aliviar o prevenir los cálculos de oxalato de calcio. Este compuesto se encuentra en las espinacas, remolacha, acelgas, pimientos, perejil, frutos secos, uvas, frambuesas, cacao, café, té y refrescos.
El alcohol
Las bebidas alcohólicas fomentan la deshidratación, favoreciendo la formación de piedras en los riñones. Por el contrario, la medida más importante para evitar esta afección es la ingesta frecuente de agua.
En todo caso, adoptar una dieta que se ajuste al tipo de cálculo renal y a las necesidades de cada persona será indispensable para prevenir la formación de nuevas piedras en el riñón. Por eso, se recomienda siempre acudir a un nefrólogo y a un especialista en nutrición, capaz de determiar cuáles son los alimentos y las cantidades idóneas que debe consumir cada persona.