Las dioxinas son un grupo de compuestos químicos altamente tóxicos que se forman como subproducto de ciertos procesos industriales. Algunos de ellos son la fabricación de productos químicos, la producción de papel y la incineración de residuos. Se trata, además, de sustancias que pueden persistir en el medioambiente durante décadas.
Las dioxinas son conocidas por sus efectos negativos en la salud. También se ha demostrado que pueden causar cáncer en animales y seres humanos. Ahora, un estudio español ha demostrado que las dioxinas están presentes en nuestra dieta, siendo responsables de aumentar el riesgo de obesidad.
¿Cómo afectan las dioxinas a nuestra salud?
Las dioxinas pueden tener una serie de efectos negativos sobre la salud. Estos son 6 de ellos:
- Efectos sobre el sistema nervioso: pueden causar problemas neurológicos, como problemas de aprendizaje o de memoria y alteraciones del comportamiento.
- Efectos sobre el sistema inmunitario: tienen la capacidad de aumentar el riesgo de infecciones y enfermedades autoinmunes.
- Efectos sobre el sistema endocrino: las dioxinas pueden causar trastornos hormonales y problemas reproductivos.
- Efectos sobre el desarrollo: el desarrollo fetal y neonatal puede verse afectado por las dioxinas, lo que puede provocar defectos de nacimiento y problemas de desarrollo.
- Efectos sobre la salud cardiovascular: las dioxinas pueden aumentar el riesgo de enfermedades como la hipertensión arterial y el infarto de miocardio.
- Efectos cancerígenos: las dioxinas son conocidas por su capacidad de causar cáncer en animales y seres humanos.
Es importante tener en cuenta que los efectos de las dioxinas sobre la salud dependen de la cantidad de exposición, la duración de la exposición y la susceptibilidad individual. Las personas que están expuestas a niveles más altos de dioxinas y durante períodos más largos tienen un mayor riesgo de experimentar efectos negativos sobre la salud.
Las dioxinas y la obesidad
Un estudio reciente ha encontrado la relación entre la presencia de dioxinas en la dieta y el aumento de masa corporal y acumulación de grasa. Los participantes del estudio más expuestos a estos contaminantes mostraron un mayor índice de masa corporal y un perímetro de cintura más elevado que el resto.
Los resultados han puesto de manifiesto que un 87% de la población estudiada supera los niveles tolerables de estos contaminantes. Los principales alimentos que contribuyen al total de exposición son la carne roja, el pescado y el marisco. Según los responsables del estudio, es muy importante controlar la exposición a las dioxinas y mantener las medidas para tratar de reducir los niveles de exposición a estos químicos persistentes.
Actualmente, la obesidad es un problema grave de salud tanto en países desarrollados como en proceso de desarrollo. Aproximadamente un 14% de los hombres y un 18% de las mujeres a nivel mundial sufren este trastorno. Varios factores contribuyen a ello, por ejemplo, la genética, el sedentarismo y los hábitos alimentarios poco saludables. Sin embargo, un factor menos conocido que ha acaparado la atención en los últimos años son los contaminantes orgánicos persistentes.
En concreto, las dibenzoparadioxinas y furanos policlorados figuran entre los contaminantes persistentes más tóxicos que después de ser liberados a la atmósfera, se depositan sobre el suelo y la vegetación. Son altamente insolubles en agua y se degradan muy lentamente. Pueden llegar a acumularse en los organismos y entrar en la cadena alimentaria. Las dioxinas pueden acumularse en el cuerpo humano durando casi una década, y se conoce que más de un 90% de la exposición total proviene de fuentes dietéticas.