Los receptores de la piel se sitúan a lo largo de toda la superficie de nuestra dermis y con especial abundancia en la zona del oído. Gracias al amplio espectro de ubicaciones en nuestro cuerpo, son capaces de cumplir funciones tanto de recepción de señales táctiles, como de presión cutánea o participar en el proceso auditivo.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y está en permanente relación con el resto de nuestro organismo. Gracias a ella, nuestro cerebro es capaz de percibir cualquier tipo de problema o malestar. Además es capaz de reflejar nuestras emociones: se pone colorada cuando algo nos da vergüenza, aumenta la transpiración en momentos de estrés, etc.
Características y principales funciones de la piel
Se trata de un órgano vivo que es capaz de autoregenerarse. Es flexible, resistente e impermeable y respira por sí sólo las 24 horas del día.
Entre sus funciones encontramos la de protección como la más relevante de ellas. La piel es una coraza que impide que los virus o bacterias entren en nuestro cuerpo. Además nos cuida de las temperaturas extremadamente altas o bajas y asume lesiones como golpes o quemaduras impidiendo que estas las sufran otros órganos.
Además, regula nuestra temperatura corporal y regula el metabolismo gracias a su capacidad de evaporar agua de nuestro organismo, eliminando todo tipo de sustancias nocivas. También impide la salida de líquidos y células, manteniéndonos bien hidratados gracias a esto.
La piel, es capaz también de sintetizar Vitamina D. Mediante la exposición solar, absorbe lo necesario para generar esta vitamina y mantener en buen estado los tejidos óseos del cuerpo.
Por último, la piel es el órgano responsable del sentido del tacto. En un centímetro cuadrado podemos encontrar hasta 5.000 de estos receptores que envían información al cerebro y lo alertan ante posibles problemas o envían señales para que este sepa como debe responder a determinados estímulos.
Tipos de receptores sensitivos de la piel
Aunque el número de receptores que tiene la piel son millones, estos pueden categorizarse en cinco grandes grupos que los dividen según las funciones que estos cumplan.
- Receptores de Meissner: son los que responden ante los estímulos de tacto suave.
- Receptores de Krause: estos tienen como función enviar señales al cerebro relacionadas con la temperatura. En concreto responden a las sensaciones de frío.
- Receptores de Ruffini: son hermanos de los receptores de Krause. La única diferencia es que estos se centran en las sensaciones de calor.
- Receptores de Pacini: responden a la presión ejercida sobre el cuerpo y a las vibraciones.
- Receptores de Merkel: son los que perciben las diferentes texturas de todo aquello que tocamos.
¿Dónde se encuentran los receptores de la piel?
Tal y como hemos mencionado al principio del artículo, estos receptores están localizados en toda la extensión de la dermis, con especial abundancia en la zona del oído.