El envejecimiento prematuro del VIH lo provoca la propia infección

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Las personas infectadas por VIH, cerca de 40 millones en todo el mundo, sufren un proceso de envejecimiento prematuro al cual se asocian diversas patologías. Entre ellas, desórdenes neurocognitivos, afectación a su salud cardiovascular y enfermedades que afectan al hígado y los huesos.

Un reciente estudio ha permitido validar un biomarcador de este proceso. Esto deja claro que el origen de esta afectación es la misma infección, independientemente del tratamiento para pararla. Los resultados pueden permitir disponer de una buena herramienta para monitorizar la evolución de los pacientes, su estado inflamatorio y el efecto que tienen los fármacos que se les administran sobre su sistema inmunitario.

Para hacerlo, los investigadores han analizado los niveles de las moléculas de microRNA, moléculas pequeñas de ARN que modulan la expresión de otros genes, en la sangre de personas con VIH. Y han visto cómo una en concreto presentaba niveles mucho más elevados de lo que es habitual. Se trata de miR-21-5p, que está relacionada con la inflamación, así como con el estrés oxidativo, lo que derivaría en un envejecimiento acelerado.

miR-21-5p, el biomarcador del envejecimiento prematuro en VIH

Para confirmar la hipótesis, el estudio ha comparado los niveles de este marcador con un grupo de personas sanas y otro de pacientes ‘Elite’. Estos pacientes son un grupo minoritario de personas infectadas por VIH que controlan espontáneamente la infección.

En su caso, también tienen el miR-21-5p alterado, lo que sugiere que tienen un estado inflamatorio crónico, a pesar de controlar la infección. El hecho que este grupo también tenga este biomarcador elevado permite confirmar que el origen de esta alteración se encuentra en la infección misma y no en el tratamiento con antirretrovirales que reciben las personas con VIH.

Todo ello lleva a la doctora Natàlia Garcia-Giralt a asegurar que con este trabajo “demostramos que hay un biomarcador, que está relacionado con inflamación, que nos muestra que el paciente con infección por VIH siempre tendrá un sistema inmunitario alterado, a pesar del tratamiento con antirretrovirales”. A la vez, apunta que ahora “disponemos de una herramienta que demuestra que estas personas, independientemente de si se les administra tratamiento con antirretrovirales o de si controlan por ellas mismas la infección, continúan con un estado inflamatorio crónico que les provoca un envejecimiento prematuro”.

Siguientes pasos

Los investigadores consideran que la alteración del marcador se debe a los cambios que la infección por VIH produce sobre el sistema inmunitario de las personas que viven con ella. En este sentido, el doctor Robert Güerri, jefe de sección del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar e investigador del estudio, explica que “este biomarcador es uno de los factores que contribuye a la inflamación crónica, continuada y persistente de los pacientes infectados por VIH. También que el tratamiento con antirretrovirales es incapaz de revertir esta vía, hecho que contribuye a mantener un estado inflamatorio crónico, lo que puede explicar su envejecimiento prematuro”.

“Este estudio nos demuestra que, a pesar de controlar la infección con los tratamientos antirretrovirales, el virus del VIH deja una huella persistente en las personas que viven con él”, apunta el doctor Güerri. Por este motivo, monitorizar la evolución de este biomarcador puede ser una herramienta útil para valorar el éxito de los tratamientos en estas personas, ya que un retorno de sus niveles a la normalidad indicaría la normalización de su sistema inmunitario y de la inflamación que provoca su activación ante la infección por VIH.

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