La cantidad de residuos que se encuentran en el agua marina y perjudican la salud de los peces consumidos por los humanos no sólo se compone de los restos de plástico que podemos ver flotando. Mucho más preocupante es la cantidad de presencia de plásticos de tamaño microscópico que no se ven a simple vista pero que contaminan de igual forma.
Un análisis realizado por investigadores del grupo de investigación TecnATox de la Universitat Rovira i Virgili ha revelado que más de la mitad de estos residuos vienen de fibras de la ropa que metemos en la lavadora. Los expertos analizaron muestras de agua de mar, sedimentos marinos y arena de playa para observar la presencia de plásticos e intentar determinar su procedencia.
Los torrentes y rieras arrastrados por ríos de gran caudal hacen llegar estos materiales al medio marino, además de los derrames directos que se vierten desde algunas embarcaciones.
Estudios recientes han descubierto nuevas fuentes de contaminación como las fibras sintéticas que se desprenden cuando lavamos la ropa.
Según los investigadores de este estudio, el 57% de los plásticos analizados corresponden a fibras microscópicas de ropa, que han sido arrastradas hasta las estaciones depuradoras, que sólo son capaces de eliminar una parte de de estos residuos que finalmente se vierten al mar.
Otro dato significativo extraído de este análisis es que, los restos de plástico microscópico que se encuentran en el agua vienen principalmente del polipropileno, poliestireno y polietileno. Todos ellos pertenecientes a objetos de nuestra vida cotidiana como pueden ser bolsas o embalajes. Lo más preocupante es que, estos plásticos no se degradan cuando llegan a la playa sino que se fragmentan en trozos cada ve más pequeños hasta que resultan imperceptibles.
Un problema para la contaminación y para nuestra salud
Esta presencia de residuos supone un grave riesgo para la salud de los seres humanos además del problema de la contaminación. Los peces que viven en el fondo del mar, y de los que después nos alimentamos, ingieren estos plásticos descompuestos, que a su vez captan moléculas tóxicas y de metales pesados que también pueden encontrarse en su aparato digestivo en el momento de la pesca. Además, dependiendo de qué tamaño tengan, los residuos pueden llegar a bloquear el aparato digestivo de estos animales y provocarles la muerte.
El siguiente para los investigadores, es averiguar si los plásticos de menor tamaño, pueden atravesar las membranas de las células del hígado, del riñón o del sistema nervioso para terminar de evaluar los efectos nocivos de estos residuos en la salud humana.