Las células de mamífero conocidas como haploides, aquellas con un único set de cromosomas, suponen una herramienta muy potente para identificar genes asociados a funciones moleculares concretas. Por este motivo, los científicos llevan más de 50 años tratando de aislarlas, algo que por fin se ha conseguido durante la última década.
El problema de estas líneas celulares, es que son muy inestables y suelen recuperar su numero de cromosomas en poco tiempo. Ahora, Científicos del Centro Nacional de Investigadores Oncológicos (CINIO), han conseguido identificar compuestos que permiten mantener estables este tipo de células.
La utilidad de los organismos con un único set de cromosomas.
Las células humanas, exceptuando óvulos y espermatozoides, cuentan con dos juegos de cromosomas, uno por cada progenitor. En cambio, para esta investigación, son extremadamente útiles los organismos vivos con un solo set de cromosomas.
Tal y como explica el jefe del Grupo de Inestabilidad genómica y líder de este trabajo, Óscar Fernández-Capetillo, “al tener un solo set de cromosomas, es mucho más fácil hacer estudios genéticos ya que solo tienes que modificar una sola copia del gen para ver sus efectos en el organismo”.
Durante esta última década, se han conseguido aislar líneas celulares haploides de mamífero. En primer lugar se obtuvo una línea haploide humana a partir de una paciente con leucemia y, pocos años después, se consiguieron a partir de embriones de varios mamíferos, incluyendo humanos.
“Hace dos años describimos que las células haploides activan mecanismos de muerte celular a través de la proteína p53, lo que hace que poco a poco vayan desapareciendo de los cultivos”, afirma Fernández-Capetillo. “Estos resultados explican por qué es tan difícil mantener células animales haploides en el laboratorio”.
Más de 1.000 compuestos de rastreo químico.
Con el fin de identificar los compuestos capaces de seleccionar células haploides frente a aquellas que tienen un mayor numero de cromosomas, los investigadores han realizado un rastreo químico entre más de 1.000 compuestos.
“Este compuesto actúa sobre los microtúbulos de la célula, que son los que conducen los cromosomas durante la división celular. Cuando con el DAB alteramos los microtúbulos, las células con un mayor número de cromosomas sufren más que las que tienen menos”, apuntan los autores.
Los investigadores describen que este efecto no está restringido a las células haploides, ya que en presencia de DAB las células tetraploides (con cuatro juegos de cromosomas) también sufren más que las diploides (con dos).
Este estudio tiene su principal utilidad en el campo de la oncología debido a que los efectos del DAB se podían reproducir con pequeñas dosis del agente antitumoral taxol.
Tal y como concluye Fernandez-Capetillo, “este estudio puede ayudar a identificar aquellos pacientes oncológicos que se beneficiarían en mayor medida de un tratamiento con taxanos”.