Las enfermedades bucodentales, pese a poder prevenirse, suponen uno de los trastornos de salud más frecuentes, tal y como advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Unas afecciones que llegan a afectar a 3500 millones de personas y que tienen en la caries, y especialmente en los abscesos dentales, una de las complicaciones más habituales y potencialmente graves.
Los abscesos dentales son afecciones que requieren de tratamiento urgente para evitar que lleguen a fases agudas. Así, a partir de una caries, las bacterias pueden llegar a la pulpa y afectar incluso al hueso alveolar y formar un absceso. De absceso alveolar puede complicarse a absceso subperióstico y la infección de los tejidos blandos. Pero ¿qué es un absceso dental? ¿Cuáles son sus síntomas y causas? Y, sobre todo, ¿cuál es su tratamiento? A continuación, te lo contamos.
¿Qué es absceso dental o flemón?
Un flemón dental o absceso es una afección bastante común y que se define como pequeño hueco o huecos en los que se acumula tejido inflamatorio y pus como consecuencia de un proceso infeccioso. Su origen es bacteriano y la pus y la inflamación son la respuesta del sistema inmunitario ante la infección originada en la boca.
Los abscesos dentales pueden ser de dos tipos diferentes según el punto en el que surja la infección.
Absceso periapical
En este caso, la infección aparece en la raíz del diente y puede tener como causa un traumatismo oral o una caries profunda no tratada. Algo por lo que es preciso acudir al odontólogo en cuánto se aprecie la aparición de una caries y evitar así que se forme un absceso.
Absceso periodontal
Este absceso se caracteriza porque se acumula pus en las encías o en el periodonto o tejidos que rodean y sujetan los dientes en el maxilar y la mandíbula. Este acúmulo de pus está originado por afecciones como la periodontitis.
¿Cuáles son los síntomas de un absceso dental?
Los síntomas de un flemón o absceso dental son muy evidente y numerosos, siendo recomendable acudir al dentista si se percibe cualquier de estas señales:
- Hipersensibilidad
- Dolor o molestias en las piezas dentales afectadas
- Fiebre
- Mal aliento
- Flemón en la zona del cuello o en la cara
- Pus e inflamación en las encías. Unas encías que suelen estar enrojecidas, sangrantes e hinchadas.
¿Cuáles son las causas de los abscesos dentales?
A la hora de proceder a la cura de un absceso dental es fundamental partir de la búsqueda de la causa última de esos acúmulos de pus. Las causas más habituales son:
- Afecciones periodontales surgidas a raíz de la acción bacteriana. La gingivitis o inflamación de las encías debilita los dientes, siendo posible llegar a perderlos si se deriva a una periodontitis.
- La caries es también una de las posibles causas de los abscesos. Una caries profunda puede generar un acúmulo de pus y dar lugar a un absceso.
- Traumatismos o lesiones que puedan provocar fisuras o lesiones en los dientes.
¿Cuál es el tratamiento para un absceso dental?
El tratamiento de un absceso dental tiene como objetivo principal salvar la pieza o piezas dentales dañadas. Para ello es básico curar la infección tras conocer su causa y aplicar un tratamiento conservador.
- El primer paso es atajar la infección con antibióticos. Un medicamento que solo hay que tomar bajo prescripción médica.
- Una vez curada la infección es momento para el tratamiento dental del absceso dental.
El tratamiento puede ser una endodoncia, o drenaje y sellado de conductos, o una exodoncia o extracción, solución última por lo dramática y solo para los casos más graves.
Una limpieza dental en profundidad y un mantenimiento periodontal nos permitirá tanto redondear el tratamiento como ser un recurso preventivo ideal.