Un malestar general y una tiritona han sido siempre los signos que nos han ayudado a reconocer que tenemos fiebre, eso y la mano en la frente de nuestra madre cuando éramos pequeños. Ese primer termómetro natural que pocas veces o casi nunca fallaba.
¿Qué es y por qué tenemos fiebre?
La fiebre es un aumento de la temperatura del cuerpo como respuesta de nuestro sistema inmunológico a la lucha contra virus y bacterias (las mayoría de las veces). Es un signo de infección aunque también puede ser una reacción a quemaduras solares o a una vacuna.
En los adultos se considera que una persona tiene fiebre si tras ponerse el termómetro (normalmente en la axila pues es el lugar más certero) el resultado es el siguiente:
- 37º/38º. Febrícula
- 38º/39º. Fiebre alta. Aparecen temblores y escalofríos
- 39º/40º. Hiperpirexia. Tenemos sudores, taquicardias, cefaleas, dificultades para respirar o convulsiones
- +40º. Camino del hospital. Además, de los síntomas antes descritos pueden aparecer alucinaciones, delirios o confusión. Es recomendable llamar al médico antes pata evitar si se puede el desplazamiento del enfermo
Lo habitual es el tratamiento casero de la fiebre alta y la hiperpirexia y para eso es bueno seguir una serie de consejos básicos para ayudar a que lo que comúnmente conocemos como “tener temperatura” baje un poco.
El enfermo mejorará de su malestar general y pasará unas horas más apacibles, normalmente un máximo de 48 horas.
¿Cómo bajar la fiebre?
Si se tienen dudas o se presentan inseguridades lo mejor es consultar con tu médico pero se pueden seguir una serie de consejos básicos que nos ayudarán a reducir el proceso febril y que explicamos a continuación.
Quedarse en casa y descansar
El descanso es fundamental. El descanso será nuestro mejor amigo para bajar la fiebre pues nuestro organismo está encelado en bajar la fiebre así que nosotros debemos ayudarle estando tranquilos, reposando en un sillón o en la cama, en un ambiente cálido pero con buena ventilación y un grado de humedad aceptable
Beber líquidos para mantener la hidratación
Debemos comer alimentos probióticos como la leche, yogur, frutas y verduras. La presencia de zumo de naranja o pomelo en la mesita de noche es una magnífica idea, así como las infusiones.
En lo que respecto a la comida lo mejor es llevar una dieta suave para evitar digestiones pesadas aunque realmente la cuestión de la comida no será preocupante pues nuestro cuerpo nos pedirá principalmente líquidos. Si no hay zumos, calma, un vaso de agua cada hora será suficiente. Si tienes más de 65 años hay que beber algo más de agua pues un gran enemigo de las personas mayores es la deshidratación.
Tomar medicamentos
El medicamento más recomendable para bajar la fiebre es el paracetamol. Un comprimido de entre 650mg. y 1gr. cada 8 horas, aunque también se puede tomar ibuprofeno pero sin abusar porque puede dar problemas de estómago.
Para los niños pequeños (menos de 18 meses) tendremos que consultar al pediatra aunque lo habitual es darle unas gotas de apiretal. Recuerde que no se debe dar aspirina a los niños.
Mantenerse fresco
Nada de ponerse el abrigo o taparse con muchas mantas. Eso no es bueno, porque aumentará la deshidratación, cosa que hay que cuidar al máximo. Lo mejor es vestirse con ropa liviana para mantenerse tibio de manera que no tengas frío pero tampoco demasiado calor.
Ponerse paños de agua tibia para hacer más llevadero el calor corporal también está considerada como una buena medida
Baños tibios
Nada de baños con hielo ni similares que ofrezcan un cambio de temperatura grande con respecto a nuestro cuerpo pues eso será perjudicial. Lo mejor es ducharse o bañarse con agua tibia que además de ayudar con la limpieza ofrecerá una sensación de alivio notable.
¿Cuándo llamar al médico?
En el caso de los adultos será necesario llamar al médico cuando presenten dificultad para respirar, dolor en el pecho, dolor de cabeza intenso, confusión o agitación, dolor abdominal, vómitos reiterados, orina oscura, sarpullidos, dificultad para tragar líquidos o dolores al orinar o en la espalda.
También es importante saber cuándo llamar al médico en el caso de que la fiebre la tenga un niño. Así, es obligatorio llamar cuando el niño tenga menos de tres meses de edad y para cualquier edad en los mismo casos que en los adultos, a los que hay que sumar que presente inquietud o una manera de actuar anormal, rigidez en el cuello, dolor o hinchazón articular o cuando la fiebre dure más de cinco días seguidos.
Siguiendo estos consejos el proceso febril se verá atenuado aunque la fiebre no desaparecerá de forma inmediata pues eso dependerá del tiempo que el sistema inmunológico necesite para vencer a virus y bacterias. Ante todo, seguir los consejos, mucha calma, buen humor, llamar al médico si fuera necesario y acordarse de que la gripe es una consecuencia de una infección y más pronto que tarde desaparecerá. De eso saben muchos las madres que son el primer auxilio del niño y del mayor.