Las infecciones del oído son un problema de salud común tanto en niños como en adultos, y entender los distintos tipos puede ayudar a identificar y tratar estos problemas de manera más efectiva.
Otitis Externa (Infección del oído externo)
La otitis externa, comúnmente conocida como «oído de nadador«, es una inflamación del conducto auditivo externo. Esta infección suele ser causada por la presencia de agua en el oído, que proporciona un ambiente húmedo ideal para el crecimiento de bacterias. Los síntomas principales incluyen dolor, enrojecimiento y a veces descarga del oído. También puede haber picazón y una sensación de plenitud en el oído afectado.
Para prevenir la otitis externa, es recomendable secar bien los oídos después de nadar o ducharse y evitar introducir objetos en el canal auditivo. El tratamiento habitual incluye gotas óticas con antibióticos y, en algunos casos, analgésicos para aliviar el dolor.
Otitis Media (Infección oído medio)
La otitis media es una infección del oído medio que se produce detrás del tímpano. Suele ser causada por bacterias o virus que entran en el oído medio a través de la trompa de Eustaquio. Esta condición es especialmente común en niños debido a la menor longitud y ángulo de sus trompas de Eustaquio.
Los síntomas de la otitis media incluyen dolor de oído, fiebre, irritabilidad, dificultad para dormir y, en algunos casos, pérdida de audición temporal. En situaciones más graves, puede ocurrir una ruptura del tímpano, liberando pus en el oído externo.
El tratamiento generalmente implica el uso de antibióticos si la causa es bacteriana, y analgésicos para controlar el dolor. En algunos niños recurrentemente afectados, puede considerarse la inserción de tubos de ventilación para prevenir futuras infecciones, más conocidos como drenajes.
Otitis Media con Efusión (OME)
La otitis media con efusión es cuando el líquido se acumula en el oído medio sin signos de infección activa. Este tipo de infección es también más común en niños. La presencia de líquido puede crear una sensación de plenitud en el oído y problemas leves de audición.
El 90% de los niños sufre un episodio de otitis media aguda antes de los 5 años. A menudo se resuelve sin tratamiento específico. Sin embargo, en casos donde la acumulación de líquido persiste, puede ser necesario drenarlo quirúrgicamente. El seguimiento regular con un especialista es esencial para asegurar que no haya complicaciones a largo plazo como pérdida de audición.
Prevención y cuidado general
Mantener una buena higiene del oído es crucial para prevenir cualquier tipo de infección del oído. Evitar el uso de hisopos de algodón y otros objetos que puedan dañar el oído es esencial. Además, asegurarse de que las vacunas están al día puede ayudar a prevenir ciertas infecciones que podrían llevar a problemas del oído.
En definitiva, las infecciones del oído son afecciones que pueden afectar cualquier parte del oído y son especialmente prevalentes en los más pequeños. Conociendo los síntomas y tratamientos adecuados, así como medidas preventivas efectivas, se pueden manejar estos problemas de manera eficaz para asegurar una recuperación rápida y evitar complicaciones.
