Los derrames oculares, también conocidos como hemorragias subconjuntivales, son un problema ocular común que puede resultar alarmante para aquellos que los experimentan por primera vez. Aunque pueden parecer preocupantes, en la mayoría de los casos no son graves y tienden a desaparecer por sí solos. Es importante conocer las causas detrás de los derrames oculares y algunas soluciones recomendadas para tratarlos.
¿Qué causa los derrames oculares?
Existen varias razones por las cuales puede producirse un derrame ocular. A continuación, se enumeran algunas de las causas más comunes:
- Traumatismos o lesiones oculares: Un golpe o una lesión en el ojo pueden causar la ruptura de pequeños vasos sanguíneos en la conjuntiva, que es la membrana transparente que cubre la superficie del ojo. Esto puede resultar en un derrame ocular.
- Tensión ocular: El esfuerzo excesivo en los ojos debido a actividades como el levantamiento de objetos pesados, el estreñimiento, los estornudos intensos o la tos persistente, puede aumentar la presión en los vasos sanguíneos de los ojos y provocar un derrame ocular.
- Hipertensión arterial: La presión arterial alta puede debilitar los vasos sanguíneos en todo el cuerpo, incluidos los ojos. Como resultado, los pequeños vasos sanguíneos oculares pueden romperse fácilmente y causar un derrame. Por ello, es importante saber cómo mantener la presión arterial baja.
Soluciones recomendadas para los derrames oculares:
Aunque los derrames oculares suelen ser inofensivos y se resuelven por sí solos, hay algunas medidas que se pueden tomar para aliviar la incomodidad y acelerar el proceso de curación. A continuación, se presentan algunas soluciones recomendadas:
- Aplicar compresas frías: Colocar una compresa fría sobre el ojo afectado puede ayudar a reducir la hinchazón y la irritación. Se recomienda aplicar la compresa durante unos 10-15 minutos, varias veces al día, hasta que el derrame desaparezca.
- Evitar frotarse los ojos: Es importante resistir la tentación de frotarse los ojos, ya que esto puede empeorar el derrame y prolongar su duración. El frotamiento excesivo puede aumentar la presión en los vasos sanguíneos y dificultar la recuperación.
- Controlar la presión arterial: Si se ha identificado la hipertensión arterial como la causa subyacente del derrame ocular, es importante trabajar en el control de la presión arterial. Esto puede implicar cambios en el estilo de vida, como seguir una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y tomar medicamentos recetados según lo recomendado por un médico.
En la mayoría de los casos, los derrames oculares son una preocupación menor que desaparecerá con el tiempo. Sin embargo, si experimentas derrames oculares recurrentes, dolor intenso o cambios en el nivel de visión, es recomendable buscar atención médica para descartar cualquier condición subyacente más grave. Recuerda siempre consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
