El linfoma no Hodgkin es un tipo de cáncer que afecta el sistema linfático, el cual es responsable de la producción y transporte de células del sistema inmunitario en el cuerpo humano. Se caracteriza por el crecimiento anormal de células linfáticas, que pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo.
La tasa de supervivencia a 5 años para las personas que padecen o han padecido linfoma no Hodgkin es del 72%. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas tasas pueden variar ampliamente en los diferentes tipos y etapas de linfoma.
En muchos casos los médicos no saben qué causa el linfoma no hodgkiniano. Este comienza en el momento en el que el cuerpo produce demasiados linfocitos anormales, que son un tipo de glóbulos blancos. A partir de esa proliferación de linfocitos anormales, los síntomas se hacen perceptibles.
Síntomas del linfoma no Hodgkin
Los síntomas del linfoma no Hodgkin pueden variar según la persona afectada y el tipo de linfoma que tenga. En general, los síntomas más comunes son:
- Hinchazón de ganglios linfáticos en cuello, axilas o ingles
- Pérdida de peso inexplicable
- Sudores nocturnos
- Fiebre
- Fatiga
- Pérdida de apetito
- Dificultad para respirar acompañada de tos
Estos síntomas también pueden estar presentes en otras enfermedades, por lo que es importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado. Además, cuanto antes se asocien los síntomas con la enfermedad, antes se inicia el tratamiento y se puede llegar a prevenir el desarrollo de un cáncer secundario. Los más comunes son el de pulmón, cerebro, riñón, vejiga, melanoma o leucemia.
Tratamiento del cáncer
El tratamiento del linfoma no Hodgkin depende del tipo y estadio del cáncer, así como de la salud general del paciente. Los tratamientos más comunes son:
- Quimioterapia: La quimioterapia es un tratamiento que utiliza medicamentos para destruir células cancerosas en el cuerpo. Se administra por vía oral o intravenosa, y puede ser utilizada sola o en combinación con otros tratamientos.
- Radioterapia: La radioterapia utiliza radiación para destruir células cancerosas en una zona específica del cuerpo. Se administra en sesiones diarias durante varias semanas.
- Inmunoterapia: La inmunoterapia es un tratamiento que se administra por vía intravenosa y ayuda a fortalecer el sistema inmunológico para combatir el cáncer.
- Terapia dirigida: La terapia dirigida es un tratamiento que utiliza medicamentos para atacar a células cancerosas específicas en el cuerpo. Se administra por vía oral o intravenosa. Se dirige, por tanto, a los genes o a las proteínas específicas del cáncer.
- Trasplante de células madre: El trasplante de células madre es un tratamiento que se utiliza en casos graves de linfoma no Hodgkin. Consiste en reemplazar las células del sistema inmunológico del paciente con células sanas.
Es importante destacar que cada paciente es único y el tratamiento debe ser personalizado según su caso específico. Los tratamientos pueden tener efectos secundarios y es importante discutirlos con el médico.