El confinamiento llegó a nuestras vidas de un día para otro generando ansiedad, problemas para dormir, e incluso incrementos de peso. Sin embargo, estas no fueron las únicas consecuencias. Después de sufrir el encierro en los hogares, la población encontró un lugar donde resguardarse y refugiarse ante el coronavirus y las demás olas que se han ido sucediendo. Crearon una especie de cabaña en la que encuentran seguridad y tranquilidad.
En consecuencia, tan solo la idea de salir a la calle y exponerse a situaciones que dejaron de ser normales y que pueden acarrear consecuencias en la salud aterraba a la población. Retomar la rutina no ha sido fácil para todos ya que la ansiedad y la irritabilidad ante el peligro han hecho que un importante porcentaje de personas retrasasen la salida a la calle y, por tanto, la vuelta a la normalidad.
¿Qué es el síndrome de la cabaña?
El síndrome de la cabaña se trata de un miedo a la exposición de forma real o imaginaria a salir a la calle después de un largo periodo de confinamiento en el que no se ha tenido ningún contacto con el exterior y, en muchos casos, con personas. Por ello, ciertas conductas llevan a las personas a evitar realizar actividades al aire libre e incluso salir a pasear o a la compra por miedo al contagio.
Si bien es cierto que el miedo es incontrolable, el temor y la angustia ante la repentina salida a la calle después de 5 meses de confinamiento es infundado debido al riesgo real de contagio por coronavirus.
Muchas personas son incapaces de manejar sus miedos y emociones y, por ello, el síndrome de la cabaña se ha adueñado de ellas para no dejarlas pisar ni un resquicio de la calle. Dada la experiencia con el confinamiento se producen síntomas y reacciones emocionales cognitivas que nada tienen que ver con un trastorno psicológico o una enfermedad mental.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome de la cabaña?
Aunque no se trata de un problema relacionado con la psicología humana y no con la salud mental, su manifestación atañe a las emociones y al bienestar en general puesto que la ansiedad y la depresión son dos de los síntomas más claros del miedo a exponerse de nuevo a la realidad social.
Sin embargo, estos no son los únicos síntomas después de semanas de confinamiento. El miedo, la angustia y el nerviosismos son otros que se tienen en cuenta para determinar si un paciente padece el síndrome de la cabaña. La apatía, los problemas o dificultad para la concentración y la dificultad para conciliar el sueño son otros que se deben tener en cuenta a la hora de determinar la situación que vive el paciente.
Además de este conjunto de síntomas, existe uno que hace saltar todavía más las alarmas y es la conducta de evitar contactos sociales y de realizar actividades en el exterior. Este es, sin duda alguna, el síntoma que hace despertar en una persona el síndrome de la cabaña o el miedo a salir a la calle.
¿Cómo puedo superar el miedo a salir a la calle? Consejos para poder salir a la calle
Dada la situación que ha asolado al país este 2020, sentir miedo es una de las reacciones más normales y lógicas en las personas. Normalizar esta situación y este sentimiento puede ser una de las razones que motive a las personas a dar un paso e intentar salir de casa.
Por otro lado, no se debe hacer nada de forma brusca o en el corto plazo. La gradualidad es clave para superar el miedo a salir a la calle. Realizar exposiciones de manera gradual mediante paseos individuales y cortos. Se deben evitar las horas concurridas y, además, se debe ir aumentando el tiempo de los paseos. Un último paso sería el contacto social, siempre con personas cercanas y de confianza para que sea más fácil la adaptación. Pedir ayuda siempre será una solución.
Si los paseos no agradan a la persona que padece el síndrome, quizás no sea la manera más adecuada de animarla a salir de casa. Se deben buscar actividades que agraden a las personas y que les produzcan placer para que el cuerpo vaya recordando qué se siente al salir al exterior y pida más repeticiones.
Las medidas de seguridad y todas las medidas de protección son pocas. Se deben seguir al pie de la letra las indicaciones de Sanidad para así poder salir más tranquilos. Usar mascarilla y gel constantemente son solo algunas de las recomendaciones. El mundo es incontrolable, pero sí hay algunas cosas que están en nuestras manos y protegernos y poner medidas es una de ellas.
Las excusas se deben dejar a un lado si se pretende superar el síndrome de la cabaña y salir de casa. Buscar apoyo en personas cercanas y hablar de la situación puede ayudar al paciente a sobrellevar mejor la situación y a reponerse de su estado.
Por último, ir retomando la rutina de forma gradual es el último paso a seguir. La situación extraordinaria que se ha vivido ha alterado el ritmo de vida de la población y lo mejor es retomar la vida anterior que hará que nos sintamos mejor, aunque cueste tiempo y esfuerzo. No podremos recuperar por completo antiguas costumbres puesto que la distancia social será clave para no contagiarse, pero esa incertidumbre a la hora de salir a la calle y continuar viendo que el peligro está únicamente fuera hará que no se pueda superar el síndrome de la cabaña y no se pueda retomar una cierta normalidad.