La apnea del sueño es un trastorno por el que la respiración de una persona se interrumpe varias veces mientras está dormida (diversos episodios en los que se detiene y vuelve a comenzar). Esto provoca que quien la padece no descanse bien, pues dificulta que llegue a fases profundas del sueño, por lo que siempre se siente cansado.
Fuertes ronquidos y cansancio constante son algunos de los síntomas que presentan las personas con apnea. Aun así, es importante saber qué tipos hay y los síntomas exactos para prevenirlas y poder consultar al médico cuando sea necesario, ya que la falta de sueño es un factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Tipos de apnea del sueño
Se pueden distinguir tres tipos de apnea del sueño:
1. Apnea obstructiva
Este es el tipo de apnea del sueño más frecuente. Los músculos posteriores de la garganta se relajan haciendo que las vías respiratorias se estrechen o se cierren completamente al respirar. Puede pasar durante minutos o hasta treinta veces por hora.
Esto provoca que la cantidad de oxígeno se reduzca considerablemente y el cerebro mande información para despertar a la persona ligeramente con el fin de desobstruir las vías respiratorias y recuperar el nivel de oxígeno normal. Aunque el cerebro envíe información para despertar a la persona, lo hace tan sutilmente que la persona no llega a acordarse, pero impide que llegue a la fase profunda de sueño.
2. Apnea central
En este caso, el cerebro no envía las señales correctas a los músculos que controlan la respiración, por lo que la persona con este trastorno se despierta con dificultad para respirar y puede tener dificultad para volver a dormir. Esta apnea es más rara que la anterior.
Al no poder retomar el sueño con normalidad, al igual que en el caso anterior, la apnea central produce cansancio en quien las padece.
3. Síndrome de apnea de sueño compleja
También conocida como apnea central del sueño emergente del tratamiento. Se trata de una patología caracterizada por sufrir los dos tipos anteriores de apnea a la vez.
Síntomas de la apnea que debes conocer
Si crees que tienes apnea del sueño o puedes tenerla, es muy importante que acudas al médico para poner el tratamiento adecuado, y así prevenir problemas cardíacos y otras complicaciones derivadas de este trastorno.
La mejor forma de saber cuándo hay que ir al médico es si presentas síntomas de apnea. Ten en cuenta que, aunque sea uno de los síntomas de la apnea, no todas las personas con ronquidos sonoros tienen este trastorno. Por lo tanto, es mejor fijarse en otros más comunes como el cansancio, levantarte con sueño a pesar de haber dormido toda la noche o la irritabilidad.
Estos son los síntomas más comunes de la apnea:
- Jadeos al respirar.
- Boca seca.
- Dolores de cabeza al amanecer.
- Insomnio por las noches o hipersomnia por los días como consecuencia de la falta de descanso.
- Dificultad para prestación de atención.
- Irritabilidad y mal humor.
¿Cuáles son los factores de riesgo si sufres apnea del sueño?
Aunque la presencia de apnea puede darse en cualquier persona, hay ciertos factores que aumentan las posibilidades de padecerlas y, por tanto, se consideran de riesgo para este trastorno:
- El sobrepeso y la obesidad. El 73% de los españoles con obesidad considera que tiene un peso normal y esto disminuye la opción de detectar este factor como uno de riesgo.
- El género. Los hombres tienen hasta dos veces más de probabilidades frente a las mujeres de desarrollar apneas del sueño.
- La edad. Cuanto más mayor se sea, más riesgo hay.
- Los antecedentes familiares.
- El alcohol y el tabaco.
- Ciertas enfermedades. La hipertensión arterial, la insuficiencia cardíaca, problemas pulmonares, asma o diabetes son algunas afecciones que aumentan el riesgo de desarrollar apneas.
Estos son los tratamientos comunes de la apnea
Pero, ¿cómo se cura la apnea? Pues bien, el tratamiento natural contra las apneas es la prevención. Perder peso y mantenerse en forma, por ejemplo, es una buena manera de evitar el sobrepeso y la diabetes y, por tanto, factores de riesgo que aumenten la aparición de este trastorno.
Si ya se tiene apneas del sueño, hay que ir al médico para poner el tratamiento más adecuado. El más habitual es la CPAP, una máquina que, a través de una mascarilla nasal, mete aire por presión para evitar que las vías respiratorias se obstruyan.
La otra alternativa es el tratamiento quirúrgico, pero este último solo se da en caso de que las opciones previas no hayan tenido éxito.