La nefropatía diabética es una complicación grave de la diabetes que afecta a los riñones y puede conducir a una falla renal si no se trata adecuadamente. Se estima que entre el 20 % y el 40 % de las personas con diabetes desarrollan esta afección a lo largo de su vida.
¿Qué es la nefropatía diabética?
La nefropatía diabética, también como enfermedad renal diabética , es una afección causada por los altos niveles de glucosa en sangre conocida que afecta los vasos sanguíneos en los riñones. Los riñones son órganos esenciales en el cuerpo humano responsables de filtrar desechos y exceso de agua de la sangre para formar la orina. Cuando el nivel de azúcar en sangre permanece elevado durante largos períodos, los pequeños vasos sanguíneos en los riñones sufren daños, lo que impide su funcionamiento adecuado.
A medida que la nefropatía progresa, los riñones pierden gradualmente su capacidad de filtrar los desechos, y esto lleva a una acumulación de toxinas en el organismo. Si esta enfermedad no es tratada, puede evolucionar hacia una insuficiencia renal crónica, en la cual los riñones dejan de funcionar casi por completo y es necesario recurrir a diálisis o incluso a un trasplante de riñón para sobrevivir. Esta afección suele ser más común en personas con diabetes tipo 1 y tipo 2, especialmente cuando no se controla adecuadamente el azúcar en sangre.
Síntomas de la nefropatía diabética
Uno de los principales desafíos de la nefropatía diabética es que en sus primeras etapas suele ser asintomática. Esto significa que la persona no puede experimentar ningún signo evidente de problemas renales en las primeras fases de la enfermedad. No obstante, a medida que progresa, empiezan a aparecer síntomas que pueden ser indicativos de un daño renal significativo. Los síntomas más comunes de la nefropatía diabética incluyen:
- Proteína en la orina (microalbuminuria) : Uno de los primeros signos de daño renal es la presencia de proteínas en la orina, una condición conocida como microalbuminuria. Generalmente, los riñones sanos no permiten el paso de proteínas a la orina, por lo que si se detectan proteínas en las pruebas de orina, puede ser una señal de daño.
- Hinchazón en piernas, tobillos y pies (edema) : Cuando los riñones comienzan a fallar, el cuerpo no puede eliminar el exceso de líquidos de manera eficaz, lo que provoca acumulación de líquidos, especialmente en las extremidades inferiores.
- Fatiga y debilidad : La nefropatía diabética avanzada puede llevar a la anemia, lo que provoca cansancio extremo y debilidad general debido a que los riñones no producen suficientes hormonas que ayuden a mantener la producción de glóbulos rojos.
- Presión arterial elevada : Los riñones juegan un papel clave en la regulación de la presión arterial. Cuando los riñones están dañados, puede desarrollarse hipertensión, lo cual agrava aún más el daño renal.
- Náuseas, vómitos y pérdida de apetito : La acumulación de desechos en el organismo puede causar malestar general y problemas digestivos, como náuseas, vómitos y pérdida de apetito.
- Dificultad para concentrarse y problemas de memoria : A medida que se acumulan toxinas en el cuerpo, algunas personas pueden experimentar dificultades para concentrarse o recordar cosas.
- Cambios en la frecuencia urinaria : En las etapas avanzadas, las personas con nefropatía pueden notar cambios en sus patrones de orina, ya sea un aumento o disminución en la cantidad de orina.
Prevención y manejo de la nefropatía diabética
La clave para reducir el riesgo de desarrollar nefropatía diabética o para controlar su avance es llevar un control estricto de la diabetes. Esto implica mantener el nivel de glucosa en sangre dentro de los rangos recomendados, seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y tomar la medicación prescrita por el médico. Además, es fundamental realizar chequeos médicos periódicos, que incluyan exámenes de orina y pruebas de función renal para detectar cualquier cambio temprano en el funcionamiento de los riñones.
Los profesionales de la salud también suelen recomendar controlar la presión arterial en personas con diabetes, ya que la hipertensión es un factor que contribuye al daño renal. Mantener un estilo de vida saludable, reducir el consumo de sal y evitar el tabaquismo son recomendaciones también importantes para quienes desean proteger sus riñones.