El ministro de Sanidad, Salvador Illa, en su comparecencia semanal en la Comisión de Sanidad y Consumo, anunciaba que “La Organización Nacional de Trasplantes y las comunidades autónomas trabajan en la actualidad en un plan específico “post-Covid” para recuperar la actividad previa a la crisis sanitaria lo antes posible en las mejores condiciones de seguridad para la salud de los pacientes y de los profesionales”.
Pero, ¿en qué cosiste este plan? El trabajo que han venido realizando la ONT y los equipos autonómicos prevé una progresiva reactivación de los programas de donación y trasplante de órganos. Esto quiere decir que se retomarán los procedimientos no urgentes (ya lo están haciendo algunas regiones) y el trasplante de donante vivo, teniendo en consideración la situación epidemiológica de cada hospital y si este puede garantizar circuitos libres de COVID-19.
Otros de los elementos que aborda este plan son la adaptación continua de los protocolos a los avances en el conocimiento de la enfermedad y la apuesta por la investigación del impacto del nuevo coronavirus en los pacientes trasplantados. El refuerzo y el reconocimiento de la red de coordinación y de trasplantes y la apuesta por su formación continuada son pilares básicos para afrontar la época “post-COVID”.
Protocolos frente al COVID-19
En un comunicado, la ONT recuerda que ya el 23 de enero emitió, de forma conjunta con las Coordinaciones Autonómicas de Trasplante y la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, las primeras recomendaciones específicas para garantizar la seguridad de la donación y el trasplante en relación con el nuevo coronavirus.
Desde entonces, explica, estas recomendaciones se han ido actualizando a medida que se ha tenido un mayor conocimiento sobre la infección. Sin embargo, hasta la fecha, se desconoce el potencial de transmisión del virus mediante el trasplante, por lo que las directrices plantean la máxima precaución posible:
- Se descarta la donación en el caso de personas con COVID-19 o con síntomas compatibles con la infección.
- En personas que han superado la infección COVID-19, para la donación se exige un mínimo de 21 días desde la resolución de los síntomas y la finalización del tratamiento, con dos controles microbiológicos negativos separados por un mínimo de 24 horas,
- En el resto de casos, se realiza un cribado con test PCR. Si el resultado es positivo o no concluyente, también queda descartada la donación.
- Del mismo modo, en los candidatos a trasplante, se descarta la infección por el nuevo coronavirus inmediatamente antes de la intervención.
- Dada la restricción para la movilidad de los equipos sanitarios entre centros, se ha promovido la extracción de órganos por parte de equipos locales, evitando el desplazamiento de profesionales desde otros centros o Comunidades Autónomas.