En una cocina, entre los ingredientes más comunes, seguramente se encuentre la sal y el agua. Pero ¿alguna vez has considerado combinarlos para obtener un remedio natural con una amplia gama de beneficios? El agua con sal, una simple solución se prepara rápidamente en casa, se ha utilizado -durante muchos años- como un remedio casero para tratar determinados problemas de salud.
La sal es el condimento más antiguo usado por el hombre, y su importancia para la vida es tal que ha marcado el desarrollo de la historia en diversas fases. Existen mitos alrededor de lo que puede aportar el agua con sal, como que hidrata más que el agua pura o que desintoxica el cuerpo; no obstante, la realidad es que puede ayudar a desinfectar heridas o descongestionar la nariz.
Beneficios del agua con sal
- Hidratación efectiva. El agua con sal, cuando se consume en cantidades adecuadas, ayuda a mantener el equilibrio de líquidos en tu cuerpo; facilita la absorción más rápida y eficiente, manteniendo a las personas hidratadas por más tiempo. No obstante, la nutricionista Rhiannon Lambert señalaba en el medio ‘The Independent’ que «a menudo nos dejan confundidos por estas nuevas ‘modas’ que vemos en Internet y esta parece ser otra más que ha surgido y de la que debemos ser precavidos. Los estudios han sugerido que tomar sal con moderación puede ser beneficioso para regular la presión arterial. Sin embargo, demasiada puede provocar hipertensión».
- Ayuda en la absorción de nutrientes a través del tracto intestinal. En concreto, la sal facilita el tránsito digestivo y mantiene los niveles ácidos del cuerpo. Aunque un exceso provoca retención de líquidos a causa de su contenido en sodio.
- Propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. El agua con sal tiene propiedades naturales que pueden ayudar a combatir las bacterias y reducir la inflamación. Por ejemplo, un enjuague bucal con agua salina puede ayudar a prevenir infecciones en las encías y a aliviar el dolor de garganta.
En qué casos puedo utilizar agua con sal
- Enjuagues bucales. Se pueden usar para aliviar el dolor y la inflamación. Esta no se debe ingerir después. El agua salada podría ser efectiva también para aliviar las úlceras orales o las llagas en la boca, controlar el mal aliento (halitosis) y evitar las consecuencias del sobrecrecimiento bacteriano, como la placa dental, por ejemplo.
- Uñero o uñas encarnadas. Cuando la uña del pie está empezando a crecer por dentro, se puede evitar una infección sumergiendo el pie en agua tibia con sal durante unos minutos varias veces al día.
- Congestión nasal. ¿Has experimentado alguna vez esa sensación incómoda de congestión nasal? Un simple enjuague nasal con agua salina puede ayudar a limpiar las fosas nasales, disminuir la inflamación y aliviar la congestión, facilitando la respiración. En la National Library of Medicine se indica que pueden aliviar los síntomas de la alergia nasal y prevenir las infecciones de los senos paranasales. También son ampliamente conocidos los lavados nasales con solución (o agua) salina, que ayuda a limpiar el polen, el polvo y otros residuos de los conductos nasales. También ayuda a retirar el exceso de moco y añade humectación.
- Aliviar picaduras de insectos. Para ello, se hace una pasta con agua y sal y se aplica sobre la picadura. La sal puede ayudar a reducir la picazón y la inflamación.
- Aliviar el hinchazón de pies. Meter los pies en agua tibia con sal a menudo ayuda a deshincharlos, además este truco es un buen aliado contra las callosidades y hongos.
- Desodorante natural. ¿Sabías que la sal puede ayudar a neutralizar los olores corporales? Aplicar una pequeña cantidad de sal en las axilas combate las bacterias que causan el mal olor.
Beber agua con sal ¿mito o realidad?
La sal es un compuesto cristalino está formado en un 97% (como mínimo) de cloruro sódico, por eso muchas veces usamos este concepto como sinónimo. Así, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que «el principal efecto sobre la salud asociado con las dietas altas en sodio es el aumento de la tensión arterial (lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares), el cáncer gástrico, la obesidad, la osteoporosis, el síndrome de Ménière y enfermedades renales».
Es frecuente encontrar personas que recomiendan beber una solución diluida de agua con sal diariamente, con el objetivo de aumentar la hidratación y reponer electrolitos. El Ministerio de Cultura Pesca y Alimentación establece que «sólo en momentos de mucha deshidratación debida a la transpiración y la diuresis, como puede ocurrir en jornadas muy cálidas (igual o más de 30°C) o tras ejercicios intensos en los cuales —por transpiración— se pueden perder muchos catabolitos de sodio, puede ser recomendable una ingesta de sal que sobrepase los 6g. En prácticamente todos los casos el consumo de sal está contraindicado para la gente con hipertensión o con deficiencias renales».
En esta línea, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), siguiendo las indicaciones de la OMS, recomienda no sobrepasar la ingesta diaria de 5g de sal. Un exceso de sodio en la dieta puede derivar en tensión alta, enfermedad cardiovascular, ictus o pérdida de calcio en los huesos, lo que puede degenerar en osteoporosis, entre otras.
Como se puede observar, el agua con sal tiene una amplitud de beneficios, pero la evidencia científica sobre los mismos es algo limitada. Por este motivo, siempre es conveniente visitar al médico antes de emplear cualquiera de sus usos si la dolencia persiste en el tiempo.