Existen ocasiones en las que vivimos ciertas situaciones de ansiedad o de un elevado estrés y es común percibir en estas circunstancias que la visión se nubla o aparece la visión borrosa.
Por lo general, la ansiedad y la visión borrosa suelen estar relacionadas. La ansiedad acaba por manifestarse de diferentes formas: dolor de pecho, dolor de estómago, molestias musculares, entre otras. Pero existen personas que sufren de una cierta alteración visual.
La clave se centra en que esa experiencia surge siempre cuando la persona pasa por un momento de gran intensidad emocional. La visión borrosa no aparece en reposo, lo que significa que no es un síntoma de estar sufriendo un ataque de ansiedad.
Ante cualquier problema de visión lo más indicado es consultar siempre con el oftalmólogo. Sin embargo, hay manifestaciones que entran dentro de lo peculiar, de eso que ocurre de vez en cuando y a lo que no le damos excesiva importancia.
El estrés persistente e incluso la depresión suelen tener su singular impacto en la salud ocular y esto es un hecho que se conoce muy bien en el campo de la oftalmología. De hecho, las personas con depresión mayor sufren mayores problemas en tareas de discriminación visual. Esa percepción se vuelve más lenta y, aunque aún no se conozcan los mecanismos de por qué ocurre, sabemos que las alteraciones en materia óptica son comunes cuando hay alguna condición psicológica del estado del ánimo.
¿A qué se debe la visión borrosa cuando sufrimos ansiedad?
Se suele tratar de un fenómeno pasajero y dura muy poco. Cuando la ansiedad y la visión borrosa aparecen de manera conjunta es porque la ansiedad elevada llega como resultado de un aumento de adrenalina en el organismo y esta hormona prepara al cuerpo. Ese agente químico provoca una dilatación de las pupilas. Este efecto facilita la mayor entrada de luz y que nos cueste enfocar. Los ojos sufren, se experimenta tensión muscular y todo ello genera esa visión borrosa o incluso de túnel. Asimismo, hay otro factor determinante: el aumento de la presión arterial. A mayor ansiedad, surge la hipertensión y este hecho también impacta en la salud ocular.
¿Qué puedo hacer si esto pasa a menudo?
Lo más importante es descartar en primer lugar problemas visuales. Para ello, nunca está de más consultar con el oftalmólogo. Una vez tenemos claro que no existe ningún problema en la salud ocular es momento de centrarnos en la raíz del problema: la ansiedad.
El fenómeno de la visión borrosa asociada a los trastornos como el estrés, la depresión o la ansiedad suele ser temporal.
En el caso de que esto sea un suceso que ocurre a menudo, hay que tener en cuenta que es necesario acudir a un profesional.