Lo que solemos conocer como alergia a la humedad es en realidad una reacción del sistema inmunitario que se produce, debido a la inhalación de esporas microscópicas de hongos o moho presentes en los ambientes húmedos, ocasionando síntomas como la tos, el picor de ojos o la congestión nasal.
Los hongos aparecen siempre que la temperatura y la humedad sean favorables. Por una parte, el tiempo húmedo contribuye a su crecimiento y, por otra, el tiempo soleado y ventoso fomenta el esparcimiento de sus esporas por el aire. Es por esta razón que los climas cálidos y húmedos propician la aparición de hongos a lo largo de todo el año, mientras que en las regiones templadas se registra una mayor concentración de hongos a final del verano.
¿Cuáles son los síntomas de la alergia a la humedad?
La reacción alérgica a los hongos y el moho suele manifestarse con unas señales comunes como congestión y secreción nasal, picor y enrojecimiento en nariz, garganta y ojos, tos, dificultad para respirar, silbidos en la respiración y piel seca.
No obstante, su grado intensidad puede variar de una persona a otra. Por ejemplo, los síntomas pueden aparecer de forma temporal o forma crónica. Además, algunas exposiciones prolongadas, pueden llegar a causar asma y opresión en el pecho como consecuencia de la acumulación de esporas en los pulmones.
Por eso, se recomienda siempre visitar al médico ante cualquier señal de alerta, con el propósito de recibir el diagnóstico y el tratamiento más adecuado.
Prevención frente a la alergia a la humedad
¿Sabías que la humedad también puede aparecer en espacios interiores? Por esta razón es fundamental tomar ciertas medidas para prevenir su aparición tanto en la casa como en el lugar de trabajo. Toma nota:
1. Ventilar el espacio
Esta medida debe llevarse a cabo de forma diaria, abriendo las ventanas durante unos minutos.
2. Comprobar la temperatura
Es importante que las habitaciones mantengan una temperatura agradable y las paredes no se estén frías. Para ello, la mejor recomendación es contar con calefacción en todos los espacios interiores, pero teniendo en cuenta que el aire caliente es más húmedo que el frío, por lo que no se aconseja acceder la temperatura adecuada.
3. Prestar especial atención a los baños
Por lo general, se trata del espacio más húmedo en interiores. Por eso resulta importante tomar ciertas medidas como el uso de un extractor de aire, así como de soluciones antimoho y fungicidas que permitan eliminar la humedad y el moho de las juntas de las baldosas. Estos productos son la lejía y el vinagre, aunque en el supermercado también es posible encontrar productos especializados.
4. Secar correctamente la ropa
El nivel de humedad en cualquier espacio aumenta cuando hay prendas mojadas. Por eso, siempre que sea posible, se debería evitar dejar las toallas mojadas en el baño y dejar secar la ropa en el exterior o en secadora.