La fascitis plantar es una afección dolorosa que afecta a miles de personas en todo el mundo. Impacta en la planta del pie -sobre todo el dolor se encuentra en el talón- y limita la capacidad de caminar con comodidad. En concreto, la fascia plantar es un conjunto de ligamentos situados en la planta del pie y que une el talón con los dedos, cuando esta se inflama, se produce lo que conocemos como fascitis plantar. Aunque se ha avanzado en la comprensión de la misma, sigue siendo un desafío para los pacientes y los profesionales de la salud.
La fascitis plantar se manifiesta a través de una serie de síntomas que pueden variar en intensidad. Uno de los signos más comunes es un dolor punzante en la parte inferior del talón, que a menudo es más intenso por la mañana al dar los primeros pasos, o tras períodos de descanso prolongados. A medida que el pie se calienta y se mueve, este dolor tiende a disminuir, aunque puede persistir a lo largo del día.
La inflamación de la fascia plantar también puede causar sensibilidad alrededor del talón y a lo largo del arco del pie. Estos síntomas no solo afectan la capacidad de caminar con comodidad, sino que también pueden tener un impacto en la calidad de vida de quienes lo sufren.
En esta línea, el Dr. Fernando Rodríguez, médico especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología explicaba para el medio de comunicación Última Hora que «cuando llevamos un zapato un poco alzado el tendón de Aquiles tira menos, por lo tanto la fascia trabaja menos. Si llevamos un calzado más plano, el tendón de Aquiles tira más y la fascia sufre más. La fascitis plantar es una patología clásica de septiembre, por las alpargatas y zapatos muy planos que se llevan en verano».
Causas de la fascitis plantar
Aunque esta afección es comúnmente asociada con el dolor en el talón, sus causas subyacentes pueden ser diversas:
- Mecánica del pie y tensión repetitiva. El uso prolongado de calzado inadecuado, el pie plano o un arco excesivamente alto, y la forma en que una persona camina pueden contribuir a la tensión repetitiva en la fascia plantar. Esta tensión constante puede generar pequeñas lesiones microscópicas en la fascia, lo que provoca una inflamación crónica y el dolor característico.
- Actividades de alto impacto y sobrepeso. Las actividades de alto impacto, como correr en superficies duras o saltar, pueden aumentar el estrés en la fascia plantar, especialmente si no se realiza un calentamiento adecuado o se practica en exceso. Por otro lado, el sobrepeso puede incrementar la carga en los pies y agravar la inflamación de la fascia. Las personas que están constantemente en movimiento y someten a sus pies a actividades intensas sin el debido cuidado son más propensas a desarrollarla.
Tratamiento de la fascitis plantar
El tratamiento de la fascitis plantar varía según la gravedad de la afección y las necesidades individuales. Si bien algunos casos pueden requerir la intervención de un profesional de la salud, otros pueden gestionarse con medidas simples.
- Reposo y hielo. El reposo es esencial para permitir que la fascia se recupere. Aplicar hielo en el área inflamada puede ayudar a reducir la hinchazón y aliviar el dolor. Alternar entre períodos de actividad y descanso puede ser útil para evitar una tensión excesiva en la fascia.
- Estiramiento y ejercicio de fortalecimiento. Los estiramientos suaves y los ejercicios de fortalecimiento para los músculos de la pantorrilla y el pie pueden contribuir a aliviar la tensión en la fascia plantar. Estos ejercicios pueden mejorar la flexibilidad y la estabilidad, reduciendo así la presión sobre la fascia.
- Calzado adecuado y soportes de arco. El uso de calzado adecuado es crucial para prevenir y tratar la fascitis plantar. Los zapatos con soporte de arco y una amortiguación adecuada pueden ayudar a reducir la tensión en la fascia. Además, en algunos casos, el uso de soportes de arco personalizados ayuda a conseguir un mayor apoyo y alivio.
- Terapia física y medicamentos. En casos más severos, un profesional de la salud puede recomendar terapia física para ayudar a abordar la inflamación y el dolor. Asimismo, los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) pueden ser recetados para reducir la inflamación y el malestar.
En resumen, la fascitis plantar sigue siendo un desafío para quienes la padecen. Comprender las causas subyacentes y adoptar un enfoque multidisciplinario en su tratamiento marca la diferencia en la recuperación y la prevención. Desde el uso de calzado adecuado hasta la implementación de ejercicios de fortalecimiento, cada paso cuenta en el camino hacia la recuperación y el alivio del dolor que esta afección conlleva.