Con la subida de las temperaturas, las avispas empiezan a invadir nuestras terrazas, jardines y lugares de ocio, llegando a causar molestias y pavor a gran parte de la población. Aunque la picadura de las avispas, a simple vista, solo produce una pequeña lesión en la piel y un dolor soportable, en ocasiones, puede llegar a ser muy peligrosa.
Además, se trata de un animal muy resistente, que cada año se ve “respaldado” por nuevas especies que proliferan en nuestro país, como es el caso de la avispa asiática.
¿Por qué pican las avispas?
La picadura de avispa se traduce en un comportamiento de ataque o defensa, cuando estos insectos se sienten amenazados. Asimismo, estos insectos se sienten atraídos por olores frutales y dulces, así como el olor a comida.
Las piscinas y zonas húmedas también son un lugar atrayente para las avispas, y donde más picaduras se producen, ya que son lugares en el que estos animales buscan el agua para beber.
Las luces azuladas también resultan especialmente atractivas para estos insectos.
Por lo tanto, ante el avistamiento de una avispa, lo más recomendable para evitar sufrir una picadura será no realizar ningún movimiento brusco que el animal pueda interpretar como un ataque. Y, si nos encontramos cerca de un nido, lo mejor será alejarse, ya que su agresividad cerca de sus nidos es mucho más elevada.
Síntomas
En el momento de la picadura, la avispa utiliza el aguijón situado en la parte posterior de su abdomen, donde tiene la glándula de veneno. Al contrario que las abejas, que solo puede picar una vez (y mueren después), las avispas tienen un aguijón retraíble, por lo que pueden atacar de forma reiterada.
Con la picadura estos insectos inoculan el veneno nuestra piel. Un veneno compuesto por sustancias de naturaleza variada, que producen escozor, dolor, picor, enrojecimiento e hinchazón. Dependiendo del tipo de especie de avispa, en algunos casos, la picadura puede dar lugar, también, a la destrucción del tejido.
En los casos más graves, pueden producirse reacciones alérgicas, debido a las sustancias de naturaleza proteica que contiene el veneno. Por lo tanto, las personas alérgicas deben extremar la precaución, ya que la picadura podría provocar un shock anafiláctico, llegando a ser mortal.
¿Cómo curar la picadura de avispa?
El tratamiento para la picadura de avispa variará en función del tipo de reacción alérgica que produzca. Esta reacción puede ser normal, alérgica local o reacción alérgica grave.
- Reacción normal. En estos casos, la herida suele tener un diámetro inferior a 10 cm. Esta reacción cursa con dolor en la zona, inflamación y enrojecimiento. Lo recomendable es lavar la zona de la herida con agua fría y jabón para retirar el veneno que pueda seguir presente. Seguidamente, se deberá aplicar una compresa fría con agua y vinagre, y frotar la zona. En cuanto al mito popular “el barro es bueno para la picadura de avispa”, debe evitarse, ya que esta práctica podría causar una infección en la herida.
- Reacción alérgica local. En este tipo de reacción, la picadura tiene un diámetro superior a 10 cm. En estos casos, será conveniente tomar antihistamínicos y corticoides tópicos u orales.
- Reacción alérgica grave. Si tras la picadura, sentimos picor en otras zonas del cuerpo y comenzamos a sentir náuseas, mareos, disnea o nuestra visión se vuelve borrosa, podría tratarse de una reacción alérgica grave. En estos casos, debemos acudir inmediatamente al servicio de urgencias más cercano.
Medidas preventivas
Tal y como indica la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica existen una serie de medidas y consejos ambientales para prevenir las picaduras de avispas, que pueden ser aplicables a otros insectos como las abejas u abejorros.
- No acercarse a nidos de avispas. En el caso de acercarnos por equivocación, debemos retirarnos con movimientos lentos lo antes posible.
- Si una avispa se posa sobre alguna parte de nuestro cuerpo, debemos mantener la calma, no matarla ni espantarla. Debemos permanecer quietos o movernos lentamente hasta que se aleje.
- En los meses de calor (de mayo a septiembre), si bebemos algún líquido azucarado fuera de casa y al aire libre, se aconseja comprobar que no hay abejas o avispas en los bordes del recipiente.
- No manipular frutas y, en general, comidas al aire libre. Evitar, además, acercarnos a los cubos de basura en la calle.
- Si dejas ropa en el suelo, sacúdela antes de ponértela, ya que podría haber alguna avispa entre sus pliegues.
- En piscinas y terrazas, evita caminar descalzo, así como hacerlo por huertos en floración, campos de trébol o cualquier área con abundantes flores.
- Durante la época de máxima actividad (verano), usa ropa de colores poco llamativos y evita perfumes o sprays para el cabello cuando salgas al campo o piscina.
- Evita podar árboles y setos, o segar el césped durante la época de actividad.
- Evita correr o montar a caballo, en bicicleta o en moto en áreas en que haya abundancia de flores. Un coche descapotable con el techo bajado es especialmente peligroso.
- Dentro de recintos cerrados, mantenga una red para atrapar cualquier insecto volador que penetre; también es útil tener un insecticida a mano (en la guantera del coche puede ser muy útil).
- Advertir a los niños y niñas de no tirar piedras o ramas a los nidos de los insectos.