Durante los meses de invierno es normal tener las manos y los pies fríos y más si no los proteges de la nieve, la lluvia y las bajas temperaturas. Es inevitable pasar frío, a pesar de que los vasos sanguíneos trabajan para mantener una temperatura agradable en la piel. Distribuyen la sangre rica en oxígeno por todo el cuerpo y nos mantenemos calientes en la medida de lo posible.
Cuando se produce una caída de la temperatura, los receptores de la piel alertan al cerebro y este manda una respuesta para que los vasos se contraigan. ¿Y para qué manda esa orden? El objetivo para que las manos y los pies no se terminen de congelar es concentrar el calor en el centro del cuerpo, en donde están los principales órganos.
Tener las manos y los pies fríos es por tanto algo muy normal. En las extremidades se pueden localizar muchos vasos sanguíneos pequeños y estos son muy sensibles. Cuando se contraen se produce mala circulación provocando el enfriamiento. La vasoconstricción ocurrirá siempre que bajen las temperaturas para que nuestro cuerpo no sufra.
Otras causas de las manos y los pies fríos
La mayoría de las causas de las manos y los pies fríos no son graves. Sin embargo, existen otras razones por las que se debe analizar cada caso en particular ya que la única razón del enfriamiento no es la vasoconstricción. Aquí te dejamos otros motivos:
- Mala circulación en todo el cuerpo que repercute en las extremidades. En este caso, las manos y los pies son las partes que más sufren. La mala circulación puede estar causada por enfermedades como anemia, malos hábitos de vida y falta de ejercicio. Por otro lado, por una mala hidratación.
- Poca movilidad como permanecer mucho tiempo sentado. Tener las manos y los pies fríos, por tanto, radica en una falta de movilidad que impide la buena circulación.
- Enfermedad de Raynaud, que provoca que ciertas partes del cuerpo se entumezcan y no se sientan como respuesta a bajas temperaturas y como respuesta al estrés que genera.
- Enfermedad neurológica que provoca tener las manos y los pies fríos. Esto ocurre una sensación de tener las extremidades frías a pesar de que al tacto no se noten como tal. Existe un daño nervioso en aquellos nervios más largos, que son los que llegan a los dedos de las manos y los pies. Algunos síntomas son el entumecimiento y el hormigueo. La diabetes, por ejemplo, es un caso de neuropatía.
- Deficiencia de vitaminas por una mala alimentación
- Hiperhidrosis, es decir tener una sudoración excesiva. El sudor se enfría y provoca las manos y los pies fríos.
- Fumar afecta también a la temperatura del cuerpo. La nicotina es un vasonstrictor y afecta a las extremidades sobre todo.
Consejos para no tener las manos y los pies fríos
Teniendo en cuenta las causas, hay algunos cambios que se pueden comenzar a implementar en nuestro día a día como seguir una buena alimentación, hidratarse y no fumar. Además de estos consejos, puedes hacer lo siguiente:
- Utiliza calcetines y zapatos adecuados para evitar tener las manos y los pies fríos.
- Evita el alcohol ya que enfría el cuerpo y puede provocar sabañones.
- Evita el contacto directo con agua caliente. Esto empeorará la temperatura y provocará los sabañones.
Siempre que tener las manos y los pies fríos suponga un impedimento para tener una vida de calidad, deberás consultar con un médico a tiempo para revisar tu situación. Lo importante es descartar cualquier patología y aprender a poner remedios.