Escribir a mano, enviar whatsapps a nuestros amigos o abrir la puerta… son actividades cotidianas de nuestro día a día. Tan habituales que inclusive pasan desapercibidas para nosotros. A pesar de que estas actividades puedan resultar dispares, todas ellas guardan una misma cosa en común: la coordinación mano-ojo.
La coordinación mano-ojo es la habilidad cognitiva que nos permite realizar acciones que requieren el uso simultáneo de la mano y el ojo. También se le puede denominar coordinación óculo-motora, óculo manual o visomotriz.
Actividades que implican la coordinación mano-ojo
Las actividades que requieren de esta coordinación mano-ojo son aquellas en las que la información obtenida a través de nuestra percepción visual, permiten guiar o dirigir la reacción de nuestras manos. Este tipo de coordinación requiere, por tanto, de la implicación de:
- Ojos para establecer el contacto visual y recopilar la información.
- Cerebro que recibe la información obtenida a través del contacto visual, la procesa y envía las instrucciones necesarias a los músculos.
- Las manos, por su parte, reciben la información del cerebro y ejecutan el movimiento.
Existe un amplio abanico de actividades que requieren de la coordinación mano-ojo. Algunos ejemplos podrían ser:
- Caligrafía.
- Dibujo.
- Interactuar con un dispositivo electrónico.
- Conducción.
- Deportes como el tenis, el futbol, el baloncesto o el atletismo.
- Abrir una puerta.
- Cocinar.
- Coser.
- Atarnos los zapatos.
12 prácticas para mejorar la coordinación óculo-motora
La coordinación mano-ojo empieza a desarrollarse desde el momento en el que nacemos. Sin embargo, debemos ejercitarla a la largo de nuestra vida. Es necesario que tengamos en cuenta que esta coordinación determina nuestra capacidad de reacción. Por lo que, eventos o situaciones que requieren de una rápida respuesta, nos permitirá realizar el movimiento más apropiado. Como, por ejemplo, ante situaciones como imprevistos durante la conducción.
Para trabajar y desarrollar este tipo de coordinación, los expertos recomiendan realizar las siguientes actividades:
- Practicar algún deporte que requiera el contacto con una pelota como es el tenis o el futbol.
- Coser o realizar tricot también es una buena forma de desarrollar la coordinación mano-ojo.
- Cualquier actividad de jardinería o cuidado de plantas también es apropiada para trabajar este tipo de coordinación.
- Los bolos. Al igual que divertidos y competitivos también nos ayudan a trabajar e implicar la coordinación visomotriz.
- Los puzles o juegos de construcción con bloques también contribuyen al desarrollo de esta habilidad.
- Saltar a la cuerda.
- ¿Quién ha dicho que las manualidades son cosa de niños? Realizar velas en frascos, patchwork o tallar la madera también contribuyen a la coordinación óculo-motora ¡Además es una buena forma de contribuir al medio ambiente a través de la reutilización de materiales!
- Pasatiempos.
- Cualquier disciplina artística como la pintura o la escultura.
- Dardos o tiro con arco.
- Malabares.
- Volar un dron.