Las articulaciones son el nexo de unión entre dos o más huesos, permitiendo así su movilidad. Sin embargo, se encuentran sometidas a una presión continúa por el peso del cuerpo o el roce del propio movimiento, tal y como sucede con las rodillas o los tobillos.
Ante diversas complicaciones, se puede producir dolor en las articulaciones y te vamos a explicar algunas de las razones por las que aparece.
¿Por qué duelen las articulaciones?
Lo más probable es que en alguna ocasión te hayas hecho esta misma pregunta. Si quieres conocer los motivos, sigue leyendo y te pondremos al corriente de las causas del dolor en las articulaciones más frecuentes.
Movimientos repetitivos en la zona del dolor
Si te duele o te causa molestia un área concreta, plantéate si estás realizando movimientos repetitivos en esta misma zona. A veces llevamos a cabo ciertas actividades cotidianas que no solemos asociar a un problema de articulación y esto puede provocar dolor o chasquidos en las rodillas, los codos y el resto de articulaciones.
Este tipo de movimientos repetitivos pueden ser la consecuencia de una tendinitis o una inflamación de ligamentos. En el caso de la tendinitis, tiene lugar cuando la inflamación del tendón no permite que la articulación pueda moverse adecuadamente. Por su parte, la inflamación de ligamentos, que forma parte imprescindible del aparato locomotor, puede dificultar el movimiento de la articulación.
Posibles infecciones
¿Te has caído y la herida no la limpiaste adecuadamente? En este caso, puede suceder que se haya infectado hasta el punto de causar una osteomelitis o infección de huesos. De ser así podrías sentir dolor y después padecer escalofríos y fiebre, en cuyo caso sería clave acudir al médico para que te recete antibióticos con objeto de combatir las bacterias que lo han generado.
De otra manera, la infección podría propagarse por el resto del cuerpo hasta provocar una osteomelitis crónica, que puede volver a reaparecer con el paso del tiempo, o incluso una sepsis que puede acarrear daños en los tejidos y producir un fallo orgánico que puede ser mortal.
Artritis reumatoide
Esta es otra de las razones por las que las articulaciones pueden doler. Se trata de una enfermedad autoinmunitaria por la que las articulaciones se hinchan, generando rigidez, fatiga, fiebre y pérdida de peso.
La artritis reumatoide puede comenzar de forma leve, pero con el tiempo puede agravarse hasta el punto de provocar deformidades en manos. El tratamiento a seguir debe ser de larga duración y conlleva medicamentos, ejercicios, fisioterapia y cirugía. Lo más acertado es tratarla cuanto antes para intentar que sus efectos nos afecten lo mínimo posible.
Gota
Cuando nuestro cuerpo eleva la producción de ácido úrico por el consumo de ciertos alimentos como alcohol, marisco o carne roja, se forman cristales de urato en las articulaciones, dando lugar a lo que conocemos como gota.
La gota da lugar a dolor en las articulaciones, así como inflamación y enrojecimiento. Además, en caso de estar avanzada, es posible que el afectado sienta dificultad a la hora de mover el cuerpo.
Para evitar el ácido úrico, la persona deberá empezar a seguir una vida saludable, evitando el alcohol y controlando la ingesta de carne, pescado y grasa.
Enfermedad de Lyme
Hablamos de otra enfermedad infecciosa, pero en esta ocasión es producida por una garrapata infectada. Cuando este parásito pica a la persona, extrae su sangre y le filtra una bacteria. Los síntomas que suele presentar son: dolor corporal, cansancio, rigidez en el cuello, sarpullido y fiebre.
Si una persona experimenta varios o todos estos efectos, es preciso acudir cuanto antes al médico para recibir un tratamiento basado en antibióticos. Esto eliminará la infección y evitará que se propague por otras zonas del cuerpo, ya sean articulaciones u órganos.
Gonorrea
Es una enfermedad de transmisión sexual que tiene lugar en los genitales. Esta dolencia, también conocida como artritis gonocócida, provoca dolor en las articulaciones, fiebre, ardor al orinar, erupción cutánea, secreciones serosas y dolor abdominal.
De cualquier forma, sus síntomas pueden tardar algo en presentarse y variar en el caso de hombres y mujeres. Para saber si se tiene gonorrea, es necesario hacerse un análisis de orina o sangre, y tratarlo a base de antibióticos.