La adicción a los videojuegos es un fenómeno que cada vez genera más preocupación entre los padres, al igual que la adicción al teléfono móvil. Las nuevas tecnologías y formas de ocio han puesto a nuestro alcance novedosas y sorprendentes formas de aprender y divertirse, pero también han generado un alto grado de dependencia entre los jóvenes y los menos jóvenes.
Una obsesión que puede llegar a convertirse en una adicción tan dañina como lo es la adicción a las drogas o al alcohol. Pero, ¿cómo reconocer esta patología? Y, sobre todo, ¿cómo prevenirla?
¿Qué es la adicción a los videojuegos?
Los videojuegos constituyen un fenómeno que arrastra masas en cualquier lugar del mundo. La presentación de un nuevo videojuego, su lanzamiento y venta se han convertido en grandes eventos, además de existir miles de tutoriales sobre cómo jugar y avanzar en el juego.
Un mundo que, y aunque desde fuera se presenta complejo, ha terminado por normalizarse y llegar a ser una subcultura muy atractiva y alrededor de la cual se mueve mucho talento, pero también mucho dinero e intereses.
El problema se desata cuando una persona desarrolla una dependencia tal que llega a perder la noción y el control de su tiempo, dedicando más de cuatro horas diarias al juego, dejando a un lado sus tareas diarias y obligaciones, e incluso abandonando necesidades básicas tales como comer, asearse o dormir.
¿Cuáles son los síntomas más claros de una adicción a los videojuegos?
En la actualidad son muchas las personas de todas las edades que se deciden a jugar videojuegos y convertirlos en su alternativa de ocio preferida. Pero, ¿cómo saber si eres adicto a los videojuegos?
Entre los síntomas más evidentes de adicción a los videojuegos se destacan:
- Uno de los síntomas más preocupantes y claros es la pérdida de contacto con familia y amigos, aislándose socialmente y evitando toda reunión, cita o salida en grupo.
- También se aprecia como la persona evita interactuar directamente con las personas, esquivando sostener la mirada durante las conversaciones y prefiriendo comunicarse de forma indirecta.
- Pérdida del control del tiempo, no gestionando de forma sana sus tareas y obligaciones diarias.
- Problemas alimenticios, insomnio y falta de higiene por ese mismo abandono y dificultades de gestión de la agenda diaria.
- Una caída del rendimiento académico o laboral.
- Muestras de ira, berrinches, enfados constantes, además de cambios frecuentes de humor.
- Obsesión por jugar e idealización del videojuego como forma de superar un problema (estrés, ansiedad, bullying, entre otros) o de considerarlo un espacio en el que se sienten seguros.
Causas y prevención de la adicción a los videojuegos
Ni qué decir tiene que la pandemia ha sido el origen, y/o ha agravado, adicciones como la generada por la afición a lo videojuegos. Una situación excepcional a la que suma la propia esencia y la mecánica de estos juegos: jugar el mayor número de horas posible, además de los efectos de las experiencias inmersivas, las numerosas recompensas que se ofrecen o el tener que desbloquear logros. Unas acciones condicionan al individuo a jugar más horas y caer en una dinámica de la que cada vez se hace más difícil escapar.
La cuestión es cómo prevenir la adicción de los videojuegos y evitar que nuestros hijos o nosotros mismos caigamos en ella. La prevención y la moderación son claves, aconsejándose tomar medidas como no comprar más videojuego durante un tiempo, poner límites de tiempo y procurar hacer otras actividades de ocio que inviten a abandonar las videoconsolas o el ordenador.
Sea como fuere, si se percibe que la adicción es muy fuerte, entonces lo mejor es acudir a ayuda psicológica profesional para iniciar el mejor tratamiento lo antes posible.