Se llama dislocación o luxación a la separación de los huesos en la articulación, que es el lugar donde dos huesos se conectan permitiendo el movimiento. Esta lesión puede reconocerse debido a la deformación e inmovilización de la articulación, además de un dolor intenso, hinchazón y amoratamiento. No obstante, es posible que en muchas ocasiones no sepamos distinguir la dislocación de una fractura, por eso se hace indispensable acudir inmediatamente a urgencias para que un especialista coloque nuevamente los huesos en la posición correcta.
Por lo general, la luxación ocurre en las articulaciones más grandes del cuerpo, siendo el hombro el sitio más frecuente de esta lesión en adultos y el codo en los niños. La causa de esta lesión suele estar asociada a una caída, un accidente automovilístico, o un fuerte impacto durante la práctica de algún deporte de contacto o de alta velocidad.
¿Cómo actuar cuando se produce esta lesión?
Lo primero que hay que saber es que no se debe mover la articulación, hasta que se reciba atención médica. Para ello es recomendable entablillar la parte afectada y así evitar cualquier tipo de movimiento. Además, se puede añadir hielo para aliviar el dolor, reducir la inflamación y prevenir la acumulación de líquidos en la zona lesionada.
Los tiempos de asistencia sanitaria también son importantes, ya que después de la media hora de haberse producido la lesión, pueden comenzar a aparecer contracturas musculares que dificulten el tratamiento.
La mayoría de las dislocaciones pueden tratarse en una consulta médica o en una sala de urgencias. También es posible que en algunos casos el médico aplique anestesia para insensibilizar la zona antes de mover el hueso o si hubiera que intervenir en quirófano.
Con un tratamiento adecuado, la mayoría de estas lesiones son temporales; sin embargo, es posible que los tejidos circundantes tarden más tiempo en recuperarse. Este plazo puede variar entre seis y doce semanas aproximadamente.
Lo que no se debe hacer es intentar mover el hueso uno mismo o con ayuda de alguien para que vuelva a su sitio. Esto podría ocasionar lesiones tanto en la articulación como en los ligamentos, músculos, vasos sanguíneos o nervios que la rodean, complicando el tratamiento y entorpeciendo la posterior recuperación.
¿Cómo prevenir una dislocación?
Implementar algunas medidas básicas de seguridad en nuestro día a día pueden ser de gran utilidad para prevenir una dislocación tanto en niños como en adultos. Te decimos cuáles son:
- Mantener las ventanas cerradas y aseguradas, cuando estén al alcance los niños
- Colocar puertas en las escaleras para evitar el paso de los niños
- Evitar subirse a sillas u objetos inestables
- Usar escaleras con barandillas
- Utilizar esteras antideslizantes en el fondo de las bañeras
- Participar en deportes de contacto con el equipo de protección adecuado