¿Cómo influye la psoriasis en la calidad de vida?

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psoriasis y calidad de vida

La psoriasis es una enfermedad crónica inflamatoria de la piel. Se advierte porque aparecen en diferentes partes del cuerpo unas placas de tono rosado cubiertas por unas escamas blanquecinas. Suele salir en los codos, las rodillas, la cabeza, la espalda y las nalgas y, ocasionalmente, en las articulaciones. Su impacto en la calidad de vida depende del grado de severidad de la misma.

Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más común entre los 15 y 35 años, y afecta por igual a ambos sexos. Además, se trata de una patología cuyos síntomas pueden agravarse o desaparecer de forma temporal, ya que cursa en brotes.

El día a día con psoriasis

La psoriasis puede ser leve, moderada o grave. En función de ello la calidad de vida se verá en menor o mayor medida alterada, sobre todo, cuando se produzcan los brotes. Algunas de las secuelas físicas que pueden producirse, como el dolor y la quemazón, pueden afectar emocionalmente, así como al desarrollo de actividades cotidianas.

La visibilidad de las lesiones en la piel suele producir un impacto importante tanto en el estado físico como en el emocional. De hecho, puede provocar alteraciones del estado de ánimo en la persona, como la depresión, aislamiento social, dificultades en adaptarse al trabajo o limitar la posibilidad de realizar algunas actividades de tiempo libre.

Las personas del entorno no deben preocuparse porque no es una enfermedad contagiosa

También puede impactar en las relaciones íntimas. A causa de la enfermedad, en muchas personas disminuye la autoestima, lo que provoca vergüenza, inseguridad, miedo al rechazo. Y ello, mucho más si las lesiones se desarrollan en zonas genitales.

En cualquier caso, existen diferentes opciones de tratamiento que son muy efectivas para controlar los síntomas, lo que ayuda a superar también los trastornos psicológicos que puede desencadenar esta patología.

Consejos útiles

Aprender a convivir con la enfermedad y aceptarla es fundamental. Pero también hay una serie de hábitos de vida que son recomendables ya que pueden paliar las lesiones de la psoriasis:

  • Tener una alimentación saludable. Por ejemplo, los alimentos que contienen antioxidantes protegen frente a la acción dañina de los radicales libres, que son más frecuentes en las personas con esta patología, debido a su alta actividad celular.
  • Practicar ejercicio físico (actividades aeróbicas, como caminar, nadar, etc.). No obstante, el ejercicio debe ser adecuado a cada momento de la enfermedad y se deben evitar deportes de contacto que puedan causar daños en la piel.
  • Tomar el sol.
  • Mantener una buena higiene de la piel para prevenir infecciones secundarias y evitar frotarse de forma áspera, ya que podría irritar la piel y causar nuevos brotes de la enfermedad.
  • Hidratar la piel a diario.

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