¿Qué es el síndrome nefrótico?
El síndrome nefrótico es una enfermedad renal que provoca demasiada proteína en la orina (proteinuria), baja proteína en sangre, un colesterol muy alto y niveles altos de triglicéridos. Esta enfermedad se debe a daños en los grupos de vasos sanguíneos diminutos de los riñones que filtran los desechos y el exceso de agua de la sangre.
El síndrome puede aparecer gradualmente o de forma súbita, y puede manifestarse a cualquier edad. En niños resulta más frecuente en las edades de 18 meses a 4 años y afecta más a los niños que a las niñas. A partir de esa edad, las personas de ambos sexos se ven afectadas por igual.
El diagnóstico es muy sencillo, ya que un análisis de orina o de sangre demostrará si existe una pérdida de proteínas: superior a 3,5 g/día/1,73 m2 en adultos y 40 mg/h/m2 en niños.
Síntomas del síndrome nefrótico
Una persona sabe que comienza a sufrir síndrome nefrótico porque padece los siguientes síntomas:
- Acumulación de fluido en los tejidos del cuerpo (edema) y, como consecuencia, hinchazón en tobillos, piernas, párpados y manos.
- Fatiga y malestar
- Disminución del apetito
- Aumento de peso
- Dolor abdominal y puede estar inflamado por acumulación de líquido en la cavidad abdominal (ascitis)
- Orina espumosa
- Intolerancias o alergias a los alimentos
- Dificultad respiratoria causada por la presencia de líquido acumulado en el espacio que circunda los pulmones (derrame pleural).
El líquido que se acumula en el organismo sufre la acción de la gravedad y, por lo tanto, se desplaza en forma circular. A lo largo de la noche, el líquido se acumula en las partes superiores del cuerpo, como los párpados. Durante el día, cuando la persona está sentada o en pie, el líquido se acumula en las partes inferiores del cuerpo, como las piernas y tobillos.
En los niños, la presión arterial suele ser baja y puede disminuir al ponerse de pie (hipotensión ortostática). En algunos casos, puede sobrevenir un choque. La presión arterial en los adultos puede ser baja, normal o alta.
La producción de orina puede disminuir y aparecer insuficiencia renal (pérdida de la mayor parte de las funciones renales) cuando el paso del líquido desde los vasos sanguíneos hacia los tejidos agota el componente líquido de la sangre y disminuye el suministro de esta a los riñones. A veces, la insuficiencia renal con una baja producción de orina se produce de manera repentina.
Además, pueden producirse deficiencias nutricionales a consecuencia de la excreción de nutrientes con la orina. Los niños pueden sufrir retrasos del crecimiento. Es probable la pérdida de calcio de los huesos, la persona afectada puede tener deficiencia en vitamina D, que puede conducir a una osteoporosis. Asimismo, el cabello y las uñas pueden debilitarse, provocando la pérdida de cabello en la persona que lo padece. Por razones desconocidas, pueden también aparecer líneas blancas horizontales en la base de las uñas.
La tendencia de la sangre a coagularse (trombosis) aumenta, sobre todo, en el interior de las venas principales que drenan sangre del riñón. También puede suceder que la sangre no coagule cuando es necesaria, lo que genera hemorragias graves, pero esto ocurre con menor frecuencia.
También las personas que padecen diabetes o lupus eritematoso o sistémico pueden tener complicaciones que les afecten al corazón y al cerebro.
¿Cómo se trata el síndrome nefrótico?
El principal tratamiento para el síndrome nefrótico son los corticoides que son un tipo de hormonas denominadas esteroides que se producen en las glándulas suprarrenales. Sus formas sintéticas o semisintéticas se usan por su efecto antiinflamatorio e inmunosupresor en el tratamiento de diferentes enfermedades entre las que se encuentra el síndrome nefrótico.
En tratamientos largos, los corticoides pueden provocar una serie de efectos adversos entre los que destacan:
- Retención de líquidos y, como consecuencia hinchazón, en diferentes zonas del cuerpo, principalmente en la cara
- Aumento de apetito
- Ansiedad
- Alteraciones de la menstruación
- Problemas en la fijación del calcio en los huesos
- Aumento de la presión arterial
- Retraso en la cicatrización de heridas
Asimismo, si una persona se va a realizar un análisis de sangre u orina y está con este tratamiento puede alterar en una analítica los niveles de colesterol, glucosa, calcio, potasio y hormonas tiroideas. En este sentido, es importante hacérselo saber al médico.
Por otro lado, la terapia general para el síndrome nefrótico incluye una dieta que contenga cantidades normales de proteínas y de potasio, pero baja en grasas saturadas, colesterol y sodio. La restricción de sal es una medida importante tanto en las fases agudas como en el seguimiento posterior. Una dieta hiposódica adecuada reduce la sed del paciente, pero debe controlarse la cantidad de agua ingerida, sobre todo en las situaciones de anasarca o cuando existe tendencia a la hiponatremia.
Si se acumula líquido en el abdomen, la persona puede necesitar comer con frecuencia y en pequeñas cantidades, ya que la capacidad del estómago se ve reducida por el líquido.
La hipertensión arterial se trata generalmente con diuréticos, que pueden también disminuir la retención de líquidos y la inflamación de los tejidos, aunque también pueden aumentar el riesgo de formación de coágulos de sangre. Cuando esto ocurre, los anticoagulantes ayudan a controlar la formación de coágulos. Las infecciones pueden ser mortales y deben tratarse rápidamente.
También puede ser necesario administrar estatinas, medicamentos que reducen la cantidad de colesterol en sangre, si las personas afectadas presentan un aumento de la cantidad de grasas (lípidos) en sangre.
¿Qué tipos de síndromes nefróticos hay?
Está el síndrome nefrótico primario, que puede ser idiopático (no se sabe la causa) o por una alteración genética, y el síndrome nefrótico secundario a otras enfermedades, como el lupus eritematoso sistémico, algunas infecciones, medicamentos, etc. El síndrome nefrótico primario idiopático es el más frecuente.