Las hormonas son los mensajeros químicos del cuerpo. Se mueven por todo el flujo sanguíneo e influyen en múltiples procesos de nuestro organismo. Las glándulas endocrinas, responsables de generar las hormonas, funcionan normalmente bien, pero existen algunos trastornos como el Síndrome de Cushing que suponen una alteración en la producción y por tanto un desequilibrio hormonal.
¿Qué es el Síndrome de Cushing?
El síndrome de Cushing es un trastorno de las hormonas. En este caso, la hipófisis, glándula responsable de segregar la hormona adrenocorticotropina, trabaja demasiado y genera en exceso esta hormona.
El Síndrome de Cushing es provocado, por tanto, por un tumor de la hipófisis. Se secreta demasiada hormona adrenocorticotropina y esta estimula la producción de cortisol, una hormona del estrés. En definitiva, las glándulas suprarrenales producen demasiadas hormonas dando lugar al síndrome de Cushing.
El cortisol se secreta en situaciones de estrés y es la que ayuda a controlar el uso que hace nuestro cuerpo de carbohidratos, grasas y proteínas. Por otro lado, reduce la respuesta del sistema inmunitario a la hinchazón (inflamación) y regula la presión sanguínea y el balance del agua en el cuerpo.
Síntomas del Síndrome de Cushing
El Síndrome de Cushing, por tanto, aparece cuando el cuerpo tiene demasiada hormona cortisol y es resultado o de la toma de corticosteroides o por una producción excesiva del cuerpo. Algunos de los síntomas más destacados de esta enfermedad son:
- Aparición de una joroba de grasa entre los hombros
- Cara redondeada
- Aparición de estrías de color rosado
Otros síntomas que se asocian al síndrome de Cushing son la hipertensión arterial, la pérdida de masa ósea y, en algunas ocasiones, la aparición de diabetes tipo 2. La atrofia muscular de extremidades, la osteoporosis y los hematomas son menos frecuentes.
Diagnóstico y tratamiento del Síndrome de Cushing
El diagnóstico se realiza mediante un análisis de orina y de sangre. En este síndrome es muy frecuente la elevación del cortisol en la orina. Cuando el resultado es positivo, se debe realizar una resonancia magnética de la hipófisis para localizar el tumor. En el caso de que no se visualice nada, se puede realizar un cateterismo para evaluar si el incremento de la hormona adrenocorticotropina se debe a la hipófisis.
Respecto al tratamiento, cuando existe hipersecreción hormonal es preciso antagonizar sus efectos como primera medida terapéutica. Se puede hacer uso de fármacos específicos para reducir la síntesis de cortisol. Por otro lado, se debe proceder a la extirpación del tumor de la hipófisis, responsable del incremento de la hormona cortisol. Además, en muchos casos, se debe reducir la toma de corticoides. Esta reducción debe ser progresiva, siempre y cuando la condición clínica lo permita.