¿Cuáles son los riesgos de la inactividad física?

La inactividad física supone un riesgo para la salud ya que se pueden llegar a padecer enfermedades cardiovasculares y otras afecciones

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Inactividad Física

Llevar una vida sedentaria y ser un haragán es típico de las personas con un estilo de vida inactivo. Seguramente te suenen estas expresiones ya que, con el tiempo, las personas pasamos más tiempos sentados y haciendo entre poco y nada de ejercicio. Es decir, tenemos una inactividad física considerable.

Los hábitos durante el tiempo libre han cambiado con el paso de los años y los dispositivos móviles han jugado un papel importante. Además, muchos de los trabajos se han vuelto inactivos desde que trabajamos detrás de una mesa y sentados en una silla.

Por otro lado, la manera de transportarnos ha cambiado mucho. Antes, caminar era la única vía. Ahora, con coches, autobuses, metro… Muchas son las facilidades para evitar ese paseo para desplazarnos.

Estos hábitos que hemos ido adquiriendo y que han hecho de nosotros unos sedentarios, afectan a nuestro estilo de vida y, sobre todo a nuestra salud, pero, ¿cómo?

Riesgos de la inactividad física

De acuerdo con un estudio reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inactividad física ha puesto a más de una cuarta parte de los adultos del mundo en riesgo de enfermedades graves.

Entre ellas, las enfermedades cardiovasculares, diabetes, demencia o incluso ciertos tipos de cánceres. Pero, estas no son las únicas. Los problemas respiratorios se pueden generar por perder actividad diaria.

Además de aumentar la probabilidad de desarrollar enfermedades, la inactividad física le pasa factura de otras formas a la salud. Llevar una vida sedentaria reduce los niveles de masa muscular y la capacidad cardiorrespiratoria, es decir, la capacidad para coger oxígeno y poder utilizarlo al 100%. Por otro lado, reduce el rendimiento. Perder la capacidad de practicar ejercicio, en definitiva, afecta gravemente a la salud.

Llevar un estilo de vida sedentario implica que se quemen menos calorías y se aumente de peso con un número de probabilidades mayor. Además, se pierde resistencia a la hora de hacer tareas diarias que implican cierto esfuerzo.

Por otro lado, los huesos pueden sufrir consecuencias ya que se debilitan y pierden minerales. El metabolismo también experimenta cambios debido a la inactividad física. El cuerpo pierde la capacidad de sintetizar grasas y azúcares. Asimismo, el sistema inmunitario reduce su efectividad y se tiende a coger más enfermedades, virus y bacterias.

La inactividad física también afecta al sistema circulatorio ya que el cuerpo pasa a tener más inflamaciones y una peor circulación. Por último, se puede generar un desorden hormonal provocado por el estilo de vida sedentario o un cambio de hábitos repentino.

Un nuevo estudio realizado por investigadores estadounidenses ha demostrado que las personas con inactividad física que se contagian de Covid-19 tienen más del doble de probabilidades de ser ingresados ​​en el hospital, en comparación con aquellos que se ejercitan durante más de dos horas a la semana. Se añade que el tabaquismo, la obesidad y la hipertensión afecta todavía más.

¿Cómo prevenir la inactividad física?

Si algo está claro es que combatir la inactividad física y la vida sedentaria es muy fácil si se sigue una rutina como la que podrás encontrar a continuación:

  1. Usa las escaleras en lugar del ascensor para subir a casa.
  2. Limpiar la casa implica un esfuerzo que cuenta como actividad física. Aprovecha más a menudo a poner la casa a punto.
  3. Caminar entre 30 y 45 minutos al día. Siempre hay un rato para salir a pasear. Si no, realizar ejercicio en casa está cada vez más de moda.
  4. Si utilizas transporte público, aprovecha a bajarte una o dos paradas antes para caminar.
  5. Si entre semana no tienes tiempo de moverte, aprovecha los fines de semana para salir a despejarte y a hacer senderismo. Te sorprenderán los parajes que puedes encontrar.

Siguiendo esta rutina, la inactividad física desaparecerá y tendrás una vida más saludable, siempre que se combine con una buena alimentación. De esta forma, también cuidarás la salud mental ya que depende mucho de la actividad física.

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