La relajación de medidas contra la Covid-19 se ha hecho patente con la eliminación de las mascarillas en interiores. Sin embargo, es algo que a muchas personas puede generarles miedo por diversas causas, y tendrán la sensación de tener el rostro “desnudo”. Es lo que se conoce como síndrome de la cara vacía.
A pesar de que muchos profesionales de la psicología ya hacen mención a este fenómeno, es importante tener en cuenta que no se considera trastorno o enfermedad mental. Esto se debe a que no aparece tipificado en los manuales ni tampoco existe evidencia científica que confirme su existencia. Independientemente de esta circunstancia, se trata de un conjunto de síntomas que se están observando en ciertos grupos de personas y que están ligados a la realidad social del momento.
Síntomas principales del Síndrome de la Cara Vacía
Como se trata de un fenómeno reciente, todavía no se conocen en profundidad los síntomas del síndrome de la cara vacía. Algunas de las posibles reacciones que pueden tener quienes sufren este fenómeno al quitarse la mascarilla en público incluyen:
- Pánico o fobia
- Ansiedad, angustia y sensación de estar expuesto
- Sentimiento de dependencia
- Inseguridad, vulnerabilidad o vergüenza
- Irritabilidad o irascibilidad
- Dificultades para socializar
- Temor al rechazo
- Aislamiento
De igual modo que con los síntomas, tampoco se ha indagado en los colectivos más proclives a desarrollar síndrome de la cara vacía. Sin embargo, algunos expertos señalan que los siguientes perfiles psicológicos pueden tener más dificultades para quitarse la mascarilla:
- Personas con ansiedad, hipocondría, fobia social o agorafobia.
- Personalidades tímidas.
- Personas con complejos físicos, especialmente, adolescentes.
¿Cómo superar el síndrome de la cara vacía?
Antes de la pandemia, el síndrome de la cara vacía no existía, igual que sucedió con el síndrome de la cabaña. Por tanto, puede entenderse como un fenómeno pasajero o que se puede desaprender. Estos son algunos consejos para perderle el miedo a la “antigua normalidad”:
- Entender que hay un proceso de adaptación: tras dos años de pandemia, quitarse la mascarilla puede hacer que nos sintamos expuestos. Sin embargo, darnos tiempo para adaptarnos nos ayudará a superar el trance.
- Detectar el origen: como en cualquier fenómeno mental, saber de dónde viene es esencial. En el caso del síndrome de la cara vacía, puede ser por dos factores: miedo al contagio o a ser visto.
- Seguir llevando mascarilla: recuerda que la mascarilla ya no es obligatoria, pero eso no significa que esté prohibida. Puedes seguir llevándola puesta o tenerla cerca.
- Relativiza la situación: en el caso de que el origen del síndrome de la cara vacía sea el miedo al contagio, reflexiona sobre tu situación. ¿Estás vacunado? ¿Convives con personas de riesgo? ¿Están vacunadas?
- Acercamiento emocional: la mascarilla elimina mucha expresividad de nuestra cara y de la de los demás. Saber que la comunicación sin ella es mucho más completa y rica quizás te anime a quitártela con personas de confianza.
- Busca ayuda: tras dos años con mascarilla puesta, puede ser muy difícil para algunas personas adaptarse a este nuevo contexto. Si consideras que es necesario, no dudes en buscar ayuda profesional para superar el síndrome de la cara vacía.