Los cambios bruscos de temperatura pueden tener una relación directa con la sensación repentina de malestar en cualquier época del año, pues tienen una fuerte influencia en el sistema inmunológico.
Es indispensable conocer sus efectos y prevenir las circunstancias rutinarias que nos pueden llevar a enfermar de golpe y que para la mayoría de las personas no tienen un detonante aparente. A continuación, profundizamos en los cambios bruscos de temperatura y sus efectos sobre la salud.
Los cambios bruscos de temperatura y sus efectos sobre la salud
Nuestro cuerpo está dotado de un sistema interno que se encarga de regular la temperatura para que dispongamos de unas condiciones saludables y nos adaptemos a las circunstancias externas con éxito.
Sin embargo, hay diferentes circunstancias que pueden alterar esta armonía y producir efectos muy negativos de cara a nuestra salud, por ejemplo, la exposición a temperaturas demasiado bajas genera a menudo un estado de hipotermia.
En los momentos en los que las condiciones externas cambian, el organismo activa de forma automática su sistema de termorregulación. Sin embargo, cuando este cambio se genera de una forma demasiado repentina, el cuerpo no tiene herramientas suficientes para abordar la nueva situación. Si el clima es demasiado elevado en un plazo muy corto, la sudoración que somos capaces de generar puede ser insuficiente para bajar la temperatura corporal y surge lo que conocemos como el golpe de calor.
Esto también puede ocurrir de manera artificial con el uso de aire acondicionado o de calefacción y son los que, habitualmente, nos llevan a caer en el resfriado común o el episodio de alergia.
De hecho, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) indica que la mayor parte de los problemas de garganta que se producen durante la época de verano están originados por el aire acondicionado.
Cómo prevenir los resfriados en caso de cambios bruscos de temperatura
Los momentos en los que el clima o el ambiente cambia de golpe son críticos para nuestra salud y pueden ser los detonantes para esos catarros que sufrimos a lo largo de todo el año, con mayor acusación durante el invierno.
Si quieres saber cómo prevenir los resfriados en caso de cambios bruscos de temperatura, presta atención a los siguientes consejos:
Higiene de manos
Lavarse las manos correctamente y con asiduidad puede prevenir una gran cantidad de enfermedades. Si sufrimos un cambio de temperatura brusco que debilite nuestras defensas y no tomamos esta precaución, vamos a ser más sensibles a todo tipo de virus. Al tocar con nuestras manos el rostro, la nariz o la boca podemos contagiarnos de alguna enfermedad.
Hidratación
Otro método preventivo pasa por una hidratación adecuada a lo largo de todo el día y en todas las épocas del año, aunque en invierno resulta más complicado para muchas personas. Esto ayuda a depurar las toxinas del cuerpo y también hace un buen papel en la termorregulación, aportando la materia prima necesaria para la sudoración.
Moderación en los aparatos de temperatura
Una maniobra evidente, pero muy efectiva, es intentar moderarse con las temperaturas o la intensidad de los aparatos de aire acondicionado y calefacción. Ponerlos de manera suave y paulatina va a evitar encontrarse con las consecuencias de los cambios bruscos y sus efectos para la salud.
Los contactos estrechos
Generalmente, mantener un contacto estrecho con personas que tienen algún virus o resfriado va a potenciar el contagio. Si a esto le sumamos la condición de un cambio brusco de temperatura que afecte a nuestras defensas, las posibilidades se van a multiplicar.
La dieta
Mantener una dieta saludable va a mejorar el sistema inmunitario, mantener en buen estado la capacidad del cuerpo para regular la temperatura y disminuir las probabilidades de padecer un resfriado.