Cómo afecta el calor al embarazo

El metabolismo de una mujer embarazada está acelerado y necesita más energía, con lo que se genera más calor

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Cómo combatir el calor si estás embarazada
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El calor afecta al embarazo de forma directa. Por lo general, el calor intenso supone un riesgo para el feto. El metabolismo de una mujer embarazada está acelerado y necesita más energía, con lo que se genera más calor. Por eso los niveles de hormonas tiroideas, muy implicadas en la activación del metabolismo, pueden elevarse en el embarazo. Por ello, las embarazadas toleran menos las temperaturas elevadas, sobre todo en el tercer trimestre.

Riesgos del calor para las mujeres y el feto

Exponerse a temperaturas elevadas durante el embarazo puede aumentar el riesgo de tener un bebé con bajo peso. Durante el embarazo, los niveles altos de progesterona dilatan los vasos sanguíneos. Pero cuando hace mucho calor, el cuerpo lo compensa contrayendo los vasos sanguíneos, incluidos los de la placenta. Esto provoca una disminución del riego sanguíneo a la placenta y de nutrientes, lo que podría aumentar el riesgo de tener un bebé con bajo peso.

Al margen de comprometer la salud del bebé, la vasoconstricción que se produce con el calor afecta a todo el cuerpo, no solo a los vasos sanguíneos de la placenta, provocando en la mujer los siguientes síntomas: palpitaciones y pulso acelerado, mareos, cansancio, entre otros. Ante estos síntomas, la embarazada debe huir del calor e intentar refrescarse porque podría producirse un golpe de calor.

El golpe de calor ocurre cuando el mecanismo de termorregulación del cuerpo no consigue adaptarse a la temperatura exterior, lo que provoca una excesiva sudoración y un aumento de la temperatura corporal.

Otro riesgo del calor extremo es el mareo y la consecuente caída. Podría ocurrirle a cualquier persona, pero una caída importante puede suponer un grave peligro para el embarazo.

Si llega a ocurrir, antes de recibir asistencia médica se aconseja refrescarse con un abanico y paños húmedos en la frente, nuca, cuello y brazos, así como tomar pequeños sorbos de agua.

Consejos para combatir el calor durante el embarazo

Lo más importante y principal es la hidratación. Durante el embarazo es muy importante beber, no solo con agua, también pueden necesitarse bebidas isotónicas que contienen iones para contrarrestar la pérdida de líquidos. Otro consejo fundamental es protegerse de las altas temperaturas. Es necesario evitar salir a la calle en las horas calor, además, también se recomienda el uso de sombreros o sombrillas.

Por otro lado, también es recomendable no pasar muchas horas de pie, puesto que favorece el cansancio y aumenta el riesgo de mareos. También es bueno dedicar, al menos, 20 minutos al día a poner las piernas en alto para combatir la retención de líquidos y la hinchazón de piernas propia del embarazo debido a la vasodilatación que provoca a progesterona. Por lo general, aliviar las piernas cansadas reducirá la fatiga que provoca el calor.

También es aconsejable utilizar ropa ligera y de algodón que permita la transpiración y seguir una dieta rica en frutas y verduras. Éstos son alimentos que son muy ricos en líquidos y que te ayudarán a mantener una correcta hidratación. Por último, también es recomendable refrescarse antes de dormir. Un buen descanso es clave durante el embarazo. Por ello, una ducha antes de dormir o poner el aire acondicionado durante media hora antes de acostarte para refrescar la habitación facilitará el descanso.

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