En la actualidad, los dolores de espalda son muy comunes. Por nuestro estilo de vida, pasamos mucho tiempo sentados, muchas veces en malas posturas. Realizar ejercicio físico ayuda a fortalecer la musculatura y evitar los dolores derivados de una mala higiene postural. Sin embargo, no todos los deportes son adecuados para las personas que sufren de la espalda o tienen problemas en la columna. Te contamos cuáles son los mejores:
La natación, uno de los mejores deportes para fortalecer la espalda
La natación fortalece los ligamentos y la musculatura de las piernas, la columna vertebral y los brazos. Es ideal por un doble motivo:
- Mientras la practicamos, las piernas y la columna no soportan el peso del cuerpo. Así evitamos tensionar la espalda y presionar la columna.
- Al mismo tiempo, esto ayuda a que reforcemos los abdominales y las lumbares, que son esenciales para tener una espalda sana.
Sobre todo, es aconsejable practicar los estilos crol y braza, ya que se basan en posiciones neutras, sin ser forzadas, y mantienen la espalda recta.
¿Yoga o pilates? ¿Qué es mejor para evitar el dolor de espalda?
La Asociación Española de Fisioterapeutas Expertos en Pilates explica en su web que, para evitar problemas de espalda, es mejor recurrir al pilates. La principal diferencia entre estos dos ejercicios es que el pilates trabaja tanto la flexibilidad como el fortalecimiento, mientras que el yoga pone el foco principalmente en el primero.
Al hacer yoga, muchas veces se practica la torsión de la columna vertebral, mientras que el pilates trabaja construyendo musculatura que proporcione una base para todo el cuerpo. En pilates, además, se mantiene la columna en posición neutral, lo que es perfecto para rehabilitar la espalda.
Ejercicios específicos para problemas de espalda
En la web de la Escuela Española de la Espalda (EEDE) explican algunos ejercicios útiles para desarrollar la potencia, resistencia o elasticidad de los músculos que participan en el sostén y funcionamiento normal de la espalda:
- Ejercicios dorsolumbares como abrazo de rodillas, estiramiento lateral o la postura de “el gato”.
- Ejercicios para glúteos y cuadriceps, como sentadillas.
- Estiramientos de glúteos.
- Ejercicios cérvico-dorsales, como inclinación de cuello o elevación de hombros, etc.
No obstante, es fundamental consultar con un médico que ayude a determinar qué ejercicios están específicamente indicados en cada caso.