Las variaciones de peso, el embarazo, el ensanchamiento de las caderas, los cambios hormonales, la pubertad precoz, la distensión de la piel… son factores comunes del desarrollo de nuestro cuerpo, que puede provocar la aparición de pequeñas líneas blanquecinas, conocidas como estrías. Pero, ¿se puede prevenir su aparición?
Es cierto que, las estrías, siguen siendo objeto de estigma y, para muchas personas, resulta un problema estético, sobre todo, en aquellas que aparecen en zonas más visibles.
A pesar de que, comúnmente, se piensa que es un problema que se da únicamente en mujeres, lo cierto es que afecta en un alto porcentaje a ambos sexos. Y, aunque no existe una cura para las estrías, sí que hay tratamientos y hábitos que pueden ayudarnos a reducirlas o prevenirlas.
¿Qué son las estrías?
Las estrías son franjas o hendiduras irregulares de la piel, similares a las cicatrices o grietas, que se producen generalmente por la distensión de la misma, es decir, cuando una parte del cuerpo crece más rápido que la piel que la cubre.
Al principio, su apariencia es parecida a líneas delgadas y rojizas, que posteriormente adquieren una apariencia más robusta y su color se vuelve blanco. Esta coloración permanece así de manera definitiva, y aunque la piel se ponga más morena con el sol, éstas se mantienen del mismo color.
Las estrías pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo que haya sufrido una distensión de la piel. Sin embargo, su aparición suele ser más común en aquellas zonas en las que se suele acumular mayor grasa corporal como glúteos, cintura, muslos, abdomen, pecho y parte superior de los brazos.
¿Se pueden prevenir las estrías?
Aunque existen diferentes factores de riesgo que pueden provocar la aparición de estrías, la piel de cada persona es diferente, por lo que no a todo el mundo le afectan por igual. Todo ello dependerá del tipo de piel y sus factores genéticos y hormonales. De todas formas, será importante saber qué tipo de piel tenemos y qué riesgo corremos, para intentar prevenir que aparezcan.
- Mantén la piel hidratada
La hidratación favorece la producción de colágeno, mejorando además la elasticidad y la textura de la piel. Si nuestra piel está hidratada y flexible, será más complicado que las estrías aparezcan.
- Cuida la alimentación
Una buena alimentación será tu mayor aliada. Bebe la cantidad de agua recomendada y alimentos ricos en vitaminas (A, C y E) y antioxidantes. Basa tu alimentación en frutas, verduras, pescado, frutos secos…
- Descansa lo suficiente
Sigue la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) e intenta dormir, en la medida de lo posible, de 7 a 8 horas. Cuando dormimos nuestras células se regeneran y nuestro colágeno, encargado de proporcionar firmeza y densidad a la piel., se regula.
- Realiza actividad física
Practicar ejercicio físico de forma regular nos ayudará a eliminar toxinas, para tener una piel limpia y libre de impurezas. Asimismo, la piel se volverá más resistente a los cambios producidos por estiramiento, y evitará que se rompan las fibras elásticas de la misma.
- Evita las “dietas milagro”
Los cambios bruscos de peso son un factor de riesgo importante para la aparición de estrías. Por ello, será indispensable, tanto si quieres adelgazar como si quieres ganar masa muscular, que el cambio se haga de forma progresiva.
Además, deberás evitar las llamadas “dietas milagro” o de adelgazamiento, ya que este tipo de dietas suelen tener un efecto rebote cuando las abandonas. Todos estos cambios y recuperaciones afectan directamente a la elasticidad de la piel. Un proceso lento ayudará a que la piel se adapte sin que aparezcan las marcas por estiramiento.
Aunque es cierto que todos estos hábitos ayudarán a reducir o evitar la aparición de estrías, y ponen de manifiesto lo importante que es cuidar nuestros hábitos y adoptar un estilo de vida saludable, debemos tener en cuenta que existen otros factores genéticos que pueden hacer de su aparición algo inevitable.