Los trombos, conocidos comúnmente como coágulos sanguíneos son masas que se presentan cuando la sangre se endurece pasando de líquida a sólida. Cuando esta masa se forma en las venas o las arterias bloqueándolas es lo que se denomina como trombo. No obstante, también se pueden formar en el corazón.
Un trombo o émbolo puede evitar que el flujo sanguíneo llegue a alguna parte del cuerpo y esto supone un riesgo para la salud. En primer lugar, porque puede impedir que el oxígeno llegue a las células y se produzca una isquemia. En segundo lugar, puede provocar una acumulación de líquido y provocar hinchazón en la zona en la que se está formando.
¿Cómo se forma un trombo?
Los coágulos se producen por la coagulación de la sangre. La sangre se solidifica e impide la circulación normal. La sangre de las venas se dirige siempre hacia el corazón y cuando las plaquetas se acumulan, forman un tapón que evita el paso del resto de la sangre hacia el mismo.
Las plaquetas son pequeñas células que circulan en la sangre, y cuando hay una fisura en la pared de las arterias, se activan. Por un lado, se unen a la fisura, y por otro, se unen a otras plaquetas a través de una proteína llamada fibrinógeno. Sobre estas plaquetas unidas se forma una red con otra proteína llamada fibrina; se genera así un trombo.
Cuando se produce una lesión, las células y moléculas responsables de la formación del trombo se activan al interactuar con la pared del vaso sanguíneo lesionado. Si bien es cierto, no todo el mundo sufre alguna vez en su vida un trombo, pero los fumadores, los obesos y los diabéticos son más propensos.
El proceso de formación de un trombo se puede dividir en cuatro fases:
- Vasoconstricción local en las proximidades de la zona afectada.
- Formación de un agregado de plaquetas (trombo) sobre la superficie vascular lesionada.
- Formación de fibrina como refuerzo del trombo.
- Eliminación de la fibrina una vez reparado el vaso
Síntomas de la presencia de un trombo
Cuando se forma un coágulo, los síntomas más comunes son:
- Hinchazón
- Enrojecimiento
- Dolor
- Un punto caliente en la pierna
Si sospechas que puedes estar sufriendo la formación de un coágulo, lo mejor es acudir con urgencia a un médico para poder actuar con rapidez.
¿Se puede prevenir la trombosis?
La trombosis puede afectar a distintas partes del organismo, siendo las más frecuentes el corazón, las extremidades o el cerebro. Cada caso presenta causas y complicaciones diferentes que originan trastornos más o menos graves, lo que depende de la zona afectada en concreto. Se pueden generar problemas de salud irreversibles, por lo que es importante cuidarse para evitarlos.
La hipertensión, la obesidad, el sedentarismo, el estrés, la diabetes, etc. son factores que influyen en el desarrollo de la trombosis venosa. Sin embargo, no son los únicos. Si has sido operado recientemente, hay que vigilar de cerca el sistema circulatorio, si has tenido cáncer o estás en tratamiento, si has tenido una rotura de hueso, sobre todo de la pierna, o si tienes venas varicosas.
Las mejores forma de evitar los trombos son:
- Usar ropa holgada
- Mover las piernas con frecuencia
- Hacer ejercicio diariamente
- Comer menos sal
- Evitar golpes en las piernas
- Cambiar la postura en el caso de viajes largos