Desde la pandemia, la salud y conciliación han estado encima de la mesa de muchas empresas. La capacidad de equilibrar el trabajo y la vida familiar tiene un efecto beneficioso en la salud de las mujeres, ya que promueve comportamientos saludables y una mayor autoestima en relación a su salud.
Esta es una de las principales conclusiones del Informe “Las mujeres y la salud”, dirigido por la profesora María Teresa Ruiz Cantero, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante, y realizado por la compañía biofarmacéutica Organon.
Salud y conciliación: prioridades de la mujer
Según los resultados de la investigación, el 58% de las mujeres encuestadas afirmaron no tener ningún padecimiento o problema de salud, mientras que el 35% reportó tener alguna enfermedad diagnosticada. Un 7% adicional indicó que experimentaba algún síntoma o problema de salud, pero que aún no había recibido un diagnóstico definitivo.
En cuanto a la percepción de su estado de salud, el 68% de las encuestadas consideraron que su salud era buena o muy buena, y expresaron una preocupación significativa por su bienestar. Sin embargo, resulta preocupante que el 50% de estas mujeres reconozca esperar a tener síntomas graves para buscar atención médica.
Por otro lado, más de la mitad de las mujeres encuestadas afirmaron que su situación laboral y familiar les había facilitado encontrar un equilibrio efectivo entre su trabajo y su vida familiar. A pesar de ello, un 21% de las encuestadas expresó la necesidad de contar con más herramientas y recursos para lograr una conciliación más efectiva, mientras que un 28% indicó que podían conciliar en ocasiones. La salud y conciliación, por tanto, van de la mano.
El teletrabajo es una de las herramientas puestas en marcha para cumplir con salud y conciliación, pero es importante conocer las claves para que no afecte a la salud.
La conciliación ayuda al bienestar
Es importante destacar que la conciliación tiene un impacto significativo en la autopercepción de la salud de las mujeres. En concreto, el 72% de las mujeres que pueden conciliar consideran que su estado de salud es bueno o muy bueno, en comparación con el 65% de las que no pueden conciliar.
Aunque siempre hay excepciones, ya que un 5% de las mujeres que pueden conciliar todavía sienten que su estado de salud es malo o muy malo, este dato supone la mitad del porcentaje que se registra entre las mujeres que no pueden conciliar.
La conciliación entre trabajo y familia tiene un impacto positivo en la salud de las mujeres, ya que aquellas que logran conciliar realizan conductas saludables en mayor medida. Por ejemplo, el 61% de las mujeres que concilian asegura tener rutinas de sueño de siete u ocho horas, mientras que en el caso de las mujeres que no pueden conciliar o lo hacen ocasionalmente, solo el 41% cuida de su rutina de sueño.
En cuanto a las revisiones ginecológicas, el 52% de las mujeres que logran conciliar solicitan revisiones de manera periódica, en comparación con el 39% del grupo que no puede conciliar. En este caso, salud y conciliación van de la mano.
Además, el 41% de las mujeres que concilian acuden a su médico de Atención Primaria o a especialistas cuando tienen dudas de salud, en comparación con el 31% de las mujeres que no pueden. Por último, realizar ejercicio físico de manera regular es un hábito que afirma llevar a cabo el 39% de las mujeres que logran conciliar trabajo y familia, frente a un 26% de mujeres que no lo hacen.
