La vista es uno de los principales sentidos. Lo utilizamos para una gran cantidad de actividades que realizamos cada día. Desde para trabajar, hasta para cocinar, comer o incluso asearse. Son muchos los factores que afectan a nuestra visión y concretamente a la gran desconocida que es la visión intermedia y que es la más empleada por personas mayores de 60 años. Ojo seco o glaucoma son solo algunas de las afecciones más frecuentes.
Según la OMS, al menos 2200 millones de personas tienen deficiencia visual. Identificar los tipos de visión existentes y su utilidad, podría ayudar a reducir este dato.
¿Qué es la visión intermedia o visión funcional y para qué sirve?
La visión funcional es aquella a la que los expertos denominan visión funcional y es la que permite tener autonomía a los mayores de 60 años. Esto incide, por tanto, en una mayor calidad de vida.
La visión intermedia permite realizar múltiples actividades diariamente. Se trata de la vista que aprecia todo lo que hay entre los 40 y los 90 centímetros de distancia y que se usa en actividades esenciales del día a día, permitiendo así una mayor autonomía.
De acuerdo con la encuesta “Visión y actividades cotidianas de los mayores españoles”, desarrollada por la Cátedra en Generación de Valor y Salud Visual de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, 1 de cada 3 actividades cotidianas de los mayores de 60 años la realizan utilizando la visión intermedia.
Asearse, comer o conducir son solo algunas de las actividades que implica la visión funcional. Sin embargo, no son las únicas. 6 de las 10 actividades que realizan los mayores de 60 años con más frecuencia requieren del uso de la visión intermedia para llevarlas a cabo.
Estas actividades son:
- Mirar por el espejo retrovisor del coche
- Utilizar cubiertos para comer o separar alimentos
- Utilizar un ordenar de mesa
- Cocinar
- Utilizar un ordenador portátil
- Cortar alimentos.
Un estudio sobre Visión Intermedia o visión funcional
La Cátedra en Generación de Valor y Salud Visual de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, puso en marcha una encuesta en la que las personas mayores de 60 años, que son las que más utilizan la visión intermedia para su autonomía, identificaron 35 actividades que realizaban a lo largo de una semana.
Una vez desarrollada la lista, se les pidió que identificaran qué tipo de visión empleaban: visión cercana (a menos de 40 cm), visión intermedia (entre 40 y 90 cm) y visión lejana (más de 90 cm).
De esta investigación se extrajo que el 36,9% de las actividades necesitan de la visión intermedia. Por tanto, este estudio revela la poca importancia que se le da a la visión intermedia.
Según el Doctor Alfonso Arias -director de la Cátedra en Generación de Valor y Salud Visual de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Profesor Titular de Oftalmología de este mismo centro y presidente de la Sociedad Oftalmológica de Madrid- “resultados como los de la encuesta son los que nos hacen hablar ya a los oftalmólogos de visión funcional para referirnos a la visión intermedia, pues es la que permite la funcionalidad a los mayores, es decir, la autonomía personal para el desarrollo de su vida diaria”.
